El Gobierno nacional decidió suspender los aumentos de las tarifas de luz y gas y acotó la actualización del impuesto a los combustibles previsto para julio.
Así lo confirmaron a este medio fuentes oficiales, que atribuyeron la medida a la búsqueda de la consolidación del proceso de desinflación y a la recuperación del poder adquisitivo de la población.
En lo que respecta a los combustibles, el Ministerio de Economía dispuso que la alícuota del impuesto aumente 1%, cuando estaba pautado una suba mayor que hubiese generado un piso de incremento de 16% en Córdoba y 18% en el resto del país.
A esta actualización del gravamen se le debe sumar el incremento de las petroleras sobre su producto, lo cual puede derivar en un alza total entre 3 y 5%.
Respecto de las tarifas energéticas, la postergación aplica por el momento para julio, contemplando que habrá un mayor consumo por estacionalidad y un invierno que luce con temperaturas gélidas por períodos más prolongados que lo habitual.
Cabe precisar que en julio se pagará el consumo de junio, sobre el cuál sí se aplicó un aumento de diferente magnitud de acuerdo a la categoría de cada consumidor.
El “congelamiento” del precio se observará de lleno cuando lleguen las facturas en agosto con el consumo de julio.
A principios de junio, el Gobierno limitó los subsidios energéticos modificando los topes para acceder al beneficio para cada una de las categorías.
Los usuarios N1 (altos ingresos) pagan la tarifa plena, mientras que los N3 (ingresos medios) pagan subsidiado hasta 250 kwh/mes y los N2 tienen hasta 350 kwh/mes.
En el caso del gas los aumentos fueron de 9,2% para el segmento N1, de 33% para N2 y de 10% para N3.