El área sanitaria avilesina se ha adherido, desde el servicio de Salud Mental, a una red nacional para seguir y detectar conductas suicidas. El programa apenas cuenta con una semana de vida, pero los profesionales llevan ya meses trabajando en él. El responsable en Avilés de esta red es el psiquiatra Juan José Martínez Jambrina, al frente del servicio de Salud Mental. «Va a durar tres años y consiste en un seguimiento en torno a unos cien casos que hayan tenido alguna tentativa de suicidio y analizar si podemos aprender algo más», explicó ayer Jambrina, en la inauguración de un congreso de Salud Mental en Avilés que dedicó la primera sesión, precisamente, al paciente suicida.
El programa se apoyará en las nuevas tecnologías para intentar detectar patrones. Lo hará a través de una plataforma móvil que lleva por nombre «Smart crisis». El proyecto está dirigido por la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y cuenta ya con la participación de varios hospitales españoles, como avanzó el psiquiatra de Avilés. El coordinador de la red nacional es el psiquiatra Enrique García: «Es la persona que más y mejor ha publicado sobre el suicidio», sentenció Jambrina.
«En la red interesan Asturias y Galicia porque es donde más suicidios hay. Nosotros seguiremos investigando en el área, pero somos pocos, 150.000 personas, y las conclusiones que puedes sacar no son muy relevantes pero si las unes con el resto del país ya puedes obtener más y mejores datos, el asunto tiene interés», remarcó Martínez Jambrina, que desmitificó la idea de que el suicidio o el intento de acciones autolíticas «sean acciones impulsivas, sino todo lo contrario, son reflexivas, están pensadas».
También se refirió Jambrina a los datos de suicidios en el área avilesina, donde hace ya unos años se impulsó un equipo de intervención en crisis (suicidas) adscrita al llamado «Modelo Avilés». El responsable de Salud Mental no aportó datos –en los primeros cinco años de funcionamiento de la unidad se atendieron a cuatrocientas personas como avanzó este diario el pasado septiembre–, pero dejó claro que el número de conductas autolíticas descendió este año con respecto al pasado ejercicio.
Destacó que, pese a que «2023 fue muy malo», el último lustro ha sido favorable; es decir, que se han registrado menos casos. «Da la impresión de que ahora podemos volver otra vez a la tranquilidad», manifestó el especialista no sin antes remarcar que los profesionales de la Salud Mental sufren «una gran sobrecarga asistencial con cuadros de ansiedad y depresión».
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