Una chica con una nariz de cerdito y un traje medieval, a quien no invitaron a los último Grammy, se vuelve la cantante más viral del momento. Es Chappell Roan, la nueva artista de 26 años que ha entrado como un huracán en las listas de las canciones más escuchadas. Seguro que ya has oído alguna vez Good luck, babe, el single que está en los primeros puestos de las listas de éxitos de Spotify y que ha marcado un antes y un después para la joven.
Tiene una segunda canción en la selección de Top Hits de la plataforma musical, Hot to go!, ambas parte de su álbum The rise and fall of a midwest princess. Y otras como Pink Pony Club o Red Wine Supernova han tenido también picos de viralidad en aplicaciones como Tik Tok.
Chappell Roan es la nueva Lady Gaga (y ella es fan)
Quizás, al escucharla por primera vez, te llamará la atención sus saltos rítmicos y su voz cautivadora. O la portada del single, una joven pelirroja con maquillaje blanco y colorete muy marcado, en un ambiente que parece sacado de una película de los 80. Chappell Roan tiene algo que casi nadie tiene en la industria musical ahora mismo, y es el valor de no suscribirse a los cánones de belleza o las tendencias de moda.
No solo eso, sino que lo hace de vicio. Es inevitable sacar los parecidos con Lady Gaga, cuyos comienzos también tenían los mismos ingredientes. ¿Acaso no era Just Dance de una apuesta ochentera, tanto a nivel musical como estético?
Además, con los años se ha conocido que Lady Gaga es también, como Chappell Roan, una reina del camp. Ambas son especialmente fans del drag y forman parte del colectivo LGTB. Mientras la artista de Bad Romance se identifica como bisexual, la intérprete de Good luck, babe es lesbiana, aunque admite haber tenido experiencias con hombres en el pasado. De hecho, una de esas citas heterosexuales la refleja en su tema Super Graphic Ultra Modern Girl, cuya intro se ha hecho viral en Tik Tok. Una más para la lista.
El boom de una fama repentina
Pero ¿qué ha pasado para que una chica como Chappel Roan llegue a un sitio como este? Presentando sus temas en los programas más populares de Estados Unidos y con más de 225 millones de reproducciones de Good luck, babe en Spotify. Eso por no hablar de las casi 8 millones de YouTube en el mismo tema, cuando no tiene siquiera videoclip.
Este tipo de cosas nunca están claras. Si ha sido solo su enorme talento, la promoción de una discográfica, el efecto de las redes sociales o el apoyo de otros artistas más conocidos… o, simplemente, un golpe de suerte, no se sabe. Lo que sí está claro es que Chappell Roan ha pasado de ser (casi) una completa desconocida a ser una de las artistas del momento no con uno sino con dos temas diferentes. Y su éxito ha sido tan repentino que incluso ella ha admitido sentirse algo abrumada por la recepción que está teniendo.
En septiembre, tras la publicación de su primer disco, Chappell Roan anunció que sería telonera de Olivia Rodrigo en su gira estadounidense. Después de recorrer Estados Unidos junto a la ex estrella Disney de febrero a abril, continuó su camino. Tenía su propio tour y, sobre todo, tenía que debutar en el escenario de Coachella. Maquillada, además, por la artista que creó toda la estética de una de las series más virales de los últimos años, Euphoria.
Fue precisamente en Coachella, uno de los más importantes de Estados Unidos, donde parece que se produjo el punto de no retorno. Ya no era una desconocida, esa chica de pelazo rizado pelirrojo y maquillaje de drag queen era una entidad con nombre propio. En las búsquedas de Google a nivel mundial se aprecia como, en solo un año, ha pasado de la nada al todo.
¿Pero quién es Chappell Roan?
Kayleigh Rose Amstutz es la artista de 26 años, nacida en Willard (Misuri), que está detrás del nombre artístico de Chappell Roan. Un apelativo que surgió como homenaje a su abuelo, Dennis K. Chappell. «Antes de que muriera en 2016 con un cáncer cerebral le dije que iba a ser Chappell por él», explicaba el pasado mes de mayo. El apellido también es en su honor, puesto que está inspirado por la que era su canción favorita, The Strawberry Roan, de Marty Robbins, y sobre un caballo de pelaje rojo rosado.
Chappel Roan sacó en septiembre su primer disco, The rise and fall of a midwest princess, después de años intentando tener una oportunidad en la industria. De hecho, en su canal de YouTube se encuentran fácilmente algunas de las canciones que publicó hace ya seis años, con una estética totalmente diferente.
De hecho, uno de los temas que ahora se han hecho virales es Pink Pony Club, que publicó por primera vez hace cuatro años con videoclip y que ahora alcanza los 3 millones de visitas. Sin embargo, entre esas primeras apuestas musicales y el presente hay también varias versiones de canciones populares que no tuvieron la misma suerte. Porque en el camino a la fama, Chappell Roan se ha enfrentado a los retos de la industria musical.
Cuando Chappell casi lo deja todo
Hace casi una década, Chappell creía que iba a tener su gran salto a la fama con solo 17 años. Acababa de firmar un acuerdo con la discográfica Atlantic Records, que tiene en su catálogo a artistas internacionales como Cardi B, Bruno Mars o Ed Sheeran.
Se mudó a California para trabajar en su disco y, después de varios años trabajando, todo cambió. En la discográfica habían cambiado de idea y rompieron el contrato. Justo en la misma semana en la que el novio que tenía Chappell en ese momento rompía con ella. Además, en la misma época tuvo que enfrentarse al diagnóstico de trastorno bipolar. Así que se volvió a vivir a casa y se pasó los años siguientes intentando seguir desarrollando su estilo musical con notas de voz en el móvil e ideas sueltas.
Tardó un tiempo en encontrar las fuerzas y el dinero para volver a mudarse a Los Ángeles. Fue entonces cuando conoció a Dan Nigro, el productor con el que Olivia Rodrigo hizo su primer disco. Así que en 2022, volvió a encontrar la oportunidad de fichar por una discográfica, pero esta vez mucho más grande: era Sony quien mostraba interés en ella. «Después de dos años de silencio e intentando llegar a fin de mes con trabajos aleatorios a tiempo parcial, esta canción me impulsó a una nueva era de trashy glam y libertad queer«, escribe Chappell sobre su canción Naked in Manhattan.
Después de tantas vueltas y tantos intentos por brillar, Chappel Roan ha descubierto que «lo quiera o no», tiene que ser atrevida. Ha sido con su descaro y originalidad como ha conseguido situarse en el puesto de las artistas más buscadas. Y parece que hay good luck para rato, babe.