El Ministerio de Salud de Perú ha retirado de su lista de enfermedades mentales o de problemas de salud la transexualidad y el travestismo, un mes después de que el Gobierno ratificara a través de la firma de la presidenta Dina Boluarte un decreto que patologizaba las identidades LGTBI.
En ese sentido, ha solicitado que en todos los centros de salud del país, tanto públicos como privados, se atengan a los nuevos códigos, como son «discordancia de género» en la adolescencia, en edad adulta, o en la infancia, así como «discordancia de género sin especificación».
Asimismo, establece «asesoramiento relacionado con el comportamiento y la orientación sexual o las relaciones sexuales de las personas» como factores que influyen en el estado de salud de una persona.
«De esta forma, el Ministerio de Salud reafirma categóricamente el respeto a la dignidad de la persona humana y su libre accionar en el marco de los Derechos Humanos brindando servicios de salud en su beneficio», remarca.
En mayo, la cartera de Salud peruana clasificó la transexualidad y el travestismo como enfermedades alegando que en caso de eliminar dicha etiqueta los pacientes no podrían tener acceso a tratamientos como los de salud mental.
Así, aseguró que se trataba de una «mala lectura y una interpretación errónea» de aquel decreto, puesto que desde el ministerio coincidían en señalar que la transexualidad «no es un problema de salud mental» y que se habían guiado por una norma, ya descartada, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).