La sanidad andaluza sigue varada en el juego de los espejos. Realidades que no cuadran en función del punto de vista: los sindicatos alertan del colapso sanitario mientras que el presidente Moreno Bonilla asegura que estamos “mejor que hace 5 años … Los resultados son evidentes”.
La proyección de una misma realidad sigue rota y la Junta expone que la manifestación convocada hoy por los sindicatos ha fracasado. Según datos del Gobierno andaluz, apenas han secundado el paro 2.768 sanitarios de los 60.655 llamados a la huelga que estaban en el turno de mañana, un 4.5% en comparación con el 100% del que presumen los sanitarios en alguno centros.
Los hechos sí coinciden, este miércoles el Parlamento autonómico debatía sobre sanidad. El presidente andaluz hacía girar todo en torno al agravio comparativo presupuestario con Cataluña. Mientras, a las puertas de hospitales y centros de salud, los sindicatos tenían un 75% de seguimiento, según sus cálculos, en la “primera huelga general de la historia en la sanidad andaluza”
SATSE, CSIF, CCOO y UGT califican de “éxito rotundo” su convocatoria de entrada del verano. En numerosos centros de Atención Primaria se ha alcanzado el 100% de seguimiento de los paros y en los hospitales la participación ha estado por encima del 60%.
Los cuatro sindicatos mayoritarios representan a más del 80% de los 120.000 sanitarios de Andalucía. Los manifestantes piden la dimisión de la consejera del ramo, Catalina García, quien gestiona el mayor sistema de salud del país.
Los reclamos sindicales son repetidos mes tras mes: el cumplimiento del Acuerdo de Atención Primaria y carrera profesional, mas plantillas y contratos más estables y la actualización de la Bolsa de Empleo Temporal del SAS. Sin embargo, es un diálogo de sordos. Esta vez, con una inusual protesta común de los principales entes representativos.
Una huelga histórica a pesar de maniobras de obstrucción
Los sindicatos consultados estaban exultantes. Califican la cita como histórica, buena parte de ellos tiene que ver con el seguimiento del paro sanitario en la comunidad a pesar de «maniobras de obstrucción» por parte de la Consejería de Salud, que no ha publicado en el BOJA los servicios mínimos que debían acompañar a la huelga, generando incertidumbre entre los sanitarios.
Ante este panorama, no sorprende la falta de reflejo que ha mostrado el ejecutivo de Moreno Bonilla en el debate parlamentario. «Firmamos un pacto hace un año que, como siempre, se está cumpliendo», ha llegado a asegurar el presidente andaluz, dejando en la incoherencia una de las mayores protestas de los sanitarios.
Para Moreno Bonilla, el problema de la sanidad andaluza hoy no está en los centros de salud cerrados por las tardes, ni en las plantas hospitalarias clauasuradas o en el colapso que vivirá el sistema en la costa. Para la Junta, el problema está en la falta de financiación de la sanidad por culpa de Sánchez y sus privilegios a Cataluña.
El barón andaluz cuadra el relato al decir que Andalucía podría contratar a 13.000 sanitarios si tuviera una financiación justa. Sin embargo, a día de hoy, su consejera afirma que no se contratan médicos porque no los hay. De hecho, la Junta planea usar a médicos sin el MIR concluido para hacer frente a las carencias en zonas sensibles y de difícil cobertura, como centros rurales o en la saturada costa.
Actualmente, según datos de la propia Consejería, hay medio millar de vacantes en las filas de médicos de familia y eso sin contar con los cientos de médicos que se jubilarán este curso.
Un verano en pie de guerra
“No pararemos hasta que cumplan los acuerdos firmados”, decía durante la manifestación José-Pelayo Galindo, de CCOO Andalucía. La protesta deja en nada la bala de emergencia de la Junta de hacer un público el Plan Verano 2024 justo antes de la manifestación.
Catalina García anuncia 144 millones de euros para 37.320 contrataciones que cubrirán las vacaciones, la gran mayoría destinadas a atención hospitalaria. Pero el anuncio no apacigua el clamor de batas blancas.
A las puertas del hospital Virgen del Rocío de Sevilla los manifestantes se quejan de que las cifras de este Plan de Verano no han sido negociadas, de hecho, denuncian haberse enterado por una nota de prensa y un mensaje al móvil a posteriori. Ridiculizan las contrataciones que no se equiparan a las vacaciones y señalan la omisión deliberada de la consejera de 15.000 eventuales despedidos.
Los nuevos contratos “no sabemos de qué duración” no llegan para cubrir a los 120 sanitarios andaluces. Según cálculos de los sindicatos, “ahora mismo en el SAS el 90% se toman las vacaciones esos meses”, en referencia a julio y agosta, calculan desde UGT.
El malestar es mayor entre las asociaciones representativas ya que, en la última reunión con la consejera, la Junta trató de sumar la firma de los sindicatos a un documento que se alinea con la estrategia de Moreno Bonilla de recudir toda la realidad andaluza a la comparativa con Cataluña y a pedir más dinero al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
No será esta la última protesta por unos sanitarios que denuncian precariedad, además de sentirse ninguneados. El clima de entendimiento entre la administración y médicos, enfermeros y demás héroes sin capa es inexistente. Pura confrontación. Sirva de muestra un botón, las declaraciones del vocal sanitario de UGT, Antonio Macias, “cuanto más tiempo esté, peor para la sanidad, ha demostrado que es totalmente tóxica para el sistema”.
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