El «boom» de las rinoplastias es una realidad aplastante que comenzó en torno a 2018. Tanto que, dice el doctor Alberto Candau Álvarez, Jefe de la unidad de Cirugía Maxilofacial y Cirugía Plástica Facial del Hospital San Juan de Dios de Córdoba, especialista en esta intervención, hace apenas veinte años no había médicos especializados en esta intervención. Hoy ya sí. El cirujano opera una media de 350 narices al año. Prefiere a los pacientes anónimos que a las influencers, que generan más estrés por el reto que supone, confiesa. Si se habla de los actuales cánones de belleza, cuenta a El Periódico de España, de Prensa Ibérica, desde que existen las simulaciones, ya no hay una «nariz estándar» pero a los pacientes les siguen gustando más las rectas que las curvas y con la punta un poquito levantada.

Fuente