El expresidente del Gobierno José María Aznar se ha referido este miércoles al acuerdo PP-PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y ha afirmado: «Feijóo ha hecho lo que tenía que hacer y lo ha hecho muy bien».
Aznar ha hecho está consideración en declaraciones facilitadas por Faes, la fundación que preside el expresidente del Gobierno y que, en una nota, ha calificado de «equilibrado» el pacto y ha subrayado que ahora «toca estar vigilantes para hacer cumplir lo comprometido».
De la lectura del acuerdo, recalca Faes, «no se desprende ninguna abdicación de planteamientos irrenunciables por parte del PP. Al contrario, ha conseguido verlos plasmados en el compromiso de promulgar una Ley Orgánica que los incorpore haciéndolos obligatorios».
Además, «positivar la necesidad de adoptar acuerdos mediante mayorías reforzadas garantiza que los actores deban consensuar; es una disposición que contradice los amagos de la izquierda por imponerse, rebajando las mayorías para hacer valer el rodillo de la mitad más uno».
A juicio de Faes, «no es poco que, en una legislatura en que el Gobierno es incapaz de aprobar unos Presupuestos, el acuerdo de mayor calado político sea la adopción de un programa de regeneración institucional diseñado, literalmente, por el líder de la oposición».
Desde hoy, afirma, «ningún portavoz del Gobierno podrá repetir, sin deshonrar su firma y su palabra, aquello de ‘en una democracia los jueces no pueden elegir a los jueces'».
«Toca estar vigilantes -continua- para hacer cumplir lo comprometido. En democracia es preceptiva la lógica del acuerdo y la negociación. Lo importante es el respeto de los límites constitucionales y un mínimo de buena fe. Que el sanchismo haya –en tantas ocasiones– burlado esas dos premisas, no altera la tesis principal. Además, esta vez la negociación está ‘europeizada’. No será tan fácil trampear» las cláusulas firmadas.
Por último, la fundación de Aznar afirma que un informe sobre el Estado de derecho estaba a punto de ser publicado por la Comisión: «En Europa no está bien visto lo de ser partidario de ‘enterrar a Montesquieu’. En este momento, esa postura, sumada a la amnistía, las acusaciones de lawfare, y las difamaciones hacia jueces y magistrados conformaban un cóctel demasiado indigesto para la Comisión».