«Sanchismo es chavismo» fue la frase más repetida durante la semana pasada por la presidenta de la Comunidad de Madrid. Lo dijo también para explicar su postura sobre un hipotético acuerdo entre PP y PSOE sobre el CGPJ, en el que moduló su rechazo rotundo hasta convertirlo casi en una advertencia con esa frase, en la que venía a señalar que Sánchez no es fiable. Pero si la dirección nacional tenía claro que había que pactar, ella no se opondría si había una «despolitización» previa que lo justificase. El PP defiende que eso se ha logrado tanto con la renovación en sí como con la futura ley. Pero Isabel Díaz Ayuso, a diferencia de lo que han hecho casi todos los barones del PP, aún no se ha pronunciado en público para apoyar el acuerdo final.
Ese respaldo ha quedado en manos del PP de Madrid, que desde que se conoció el acuerdo, mientras Ayuso culminaba su viaje de tres días a Alemania, aseguraba que era un buen acuerdo y que tenían poco que decir porque es «competencia» de Feijóo alcanzar esos pactos nacionales.
«Cuando Rajoy hacía estos acuerdos, no había que llamar a los presidentes autonómicos«, se empoderaba la dirección del PP nacional esta mañana en los pasillos del Congreso. Cuando Rajoy gobernaba, el bipartidismo estaba en sus últimas horas y no había un partido a su derecha que le robara espacio al PP. Tampoco el partido había tenido ninguna guerra fratricida en la que los barones del partido quitaron a un presidente y pusieron a otro, el actual. Por eso el papel de los barones en general y el de Ayuso en particular, que propició aquella guerra interna y es una de las voces del PP que sirve a Génova para contener a Vox, se ha vuelto ahora más relevante.
«Enmienda a la totalidad»
Ayuso «está de acuerdo», pero «se ha contactado con todos», apuntan fuentes de la dirección en el Congreso, una idea que ayer por la tarde ya se transmitía desde el PP de Madrid evitando cualquier roce con Génova, en línea con lo que vienen haciendo en los últimos meses. Fuentes de la dirección regional aseguran que se les ha ido contando «a todos más o menos por dónde iban los tiros», lo que explicaría las declaraciones de Ayuso de la semana pasada durante la rueda de prensa de balance de su primer año de mayoría absoluta. Ese no menos rotundo duro que en ocasiones pasadas, donde las convocatorias electorales han marcado también el discurso de los partidos. «No podemos fallar en esto», advertía, en cualquier caso.
A falta de un gesto por parte de la presidenta regional, en el PP de Madrid señalan que el acuerdo “es tan positivo como una enmienda a la totalidad de lo que ha hecho el PSOE en los últimos años con el Poder Judicial”. Y justifican eso de la «enmienda» diciendo que ahora el PSOE «ha aceptado cosas que en 2022 rechazó», como la futura ley, que no nombre al presidente del TS, que ningún ministro podrá ser Fiscal General del Estado o por el contenido del propio acuerdo para el CGPJ. Es algo que los populares insisten en que se había avanzado «desde hace meses» pero que había que esperar «al momento oportuno».