En medio de la excesiva reiteración de la Prensa sobre las Clarisas de Belorado, en esta noticia del convento de Ferrol ( A Coruña) se ve el esfuerzo positivo y acertado del Obispado de “A Coruña” para zanjar convenientemente el problema: pide laicos adoradores para cubrir las horas de adoración diarias que realizaban las monjas durante las 24 horas de cada día, imposible, ya, con sólo ocho religiosas. ¡Qué bueno!: de momento se han alistado más de cuarenta voluntarios. Faltan para las horas del mediodía, más difícil por los deberes familiares de los laicos a esas horas. No dudo de la generosidad de tantos católicos con el Señor y con sus vecinas las monjas para solventar el asunto, como se ha conseguido en el elevado número de capillas e iglesias de adoración que inundan cada vez más nuestra geografía. Dios no se deja ganar en generosidad y premiará larga e intensamente a los adoradores, a su familia y su pueblo. La oración de adoración es la más agradable a Dios y eficaz en la intercesión por nosotros mismos, por nuestra familia y por el mundo entero.
Me entero por la Prensa (El Confidencial.es) de que se busca “voluntarios adoradores para rezar por turnos” en iglesia de monjas de Ferrol ( A Coruña) y , así, “siempre haya alguien que alabe a Dios” ( las 24 horas del día, que hasta ahora han cubierto las monjas) . Acierta, el Obispado, en su intento de resolver el problema no sólo de las religiosas, abocadas a emigrar por falta de vocaciones; también, del pueblo: una capilla o iglesia de Adoración es una gracia inmensa para la población en que se halla.