A partir del 1 de julio se podrá conseguir en las farmacias españolas Mounjaro, el nuevo fármaco competidor directo del Ozempic que ayuda a combatir la obesidad. La compañía Lilly ha desarrollado esta inyección destinada a tratar la diabetes de tipo tipo 2 (DM2) o para el control del peso en casos muy graves de obesidad. La eficiencia del medicamento ha sido comprobada por los diferentes en ensayos clínicos, los cuáles han mostrado que podríamos estar ante el fármaco más eficaz aprobado en España para combatir este tipo de cuestiones.

Sin embargo, este no será de fácil acceso para todas las personas debido a su elevado precio. La dosis de mantenimiento, de 5 miligramos, costará 271 euros al mes, se dispensará solamente con receta médica y, según se ha podido saber, no estará financiado por el Sistema Nacional de la Salud (SNS). Además de ello, estará disponible únicamente bajo preinscripción médica con dosis desde 5 mg hasta 10 mg. En el caso de disponer de esta última, el precio ascenderá hasta los 358 euros.

De esta manera, Mounjaro se suma a los medicamentos que ya existían para tratar la obesidad y la afección de la diabetes, como es el caso del conocido Ozempic y de Novo Nordisk. Otro medicamento de estas características que puede encontrarse en el mercado el Weovy, proveniente de la misma farmacéutica que Mounjaro, y que empezó a comercializarse durante el pasado mes de mayo. Por otra parte y aún siguiendo la misma línea de altos costes, estos medicamentos sí son algo más baratos que Mounjaro. La dosis más baja de Wegovy (0,25 mg) cuesta 180 euros y la de 2,4 miligramos, 292. En el caso de Ozempic, su dosis sale por aproximadamente 140 euros mensuales.


¿Cómo funciona Mounjaro?

La inyección de Mounjaro es por tanto de administración subcutánea, y debe ser dosificado semanalmente. El punto clave del medicamento es la tirzepatida, un fármaco expermiental que sirve para tratar tanto la diabetes como los grados más altos de obesidad que conllevan un riesgo en la salud. Este ya ha obtenido algunos buenos resultados contra esta última afección, ya que posee lo que denomina como una ‘doble acción’. Por un lado, activa el péptido GLP-1 que reduce la sensación del apetito, como ya hacen otros medicamentos del mismo estilo. Pero por otra parte, además activa el péptido GIP que, según se cree desde las instituciones médicas, regula la acumulación de grasa en el cuerpo. Por lo que este tratamiento estaría también atacando a una piedra angular del sistema que provoca la obesidad. De esta manera, se favorece el ‘control glucémico’ hace que el apetito disminuye considerablemente, aumentando así la sensación de saciedad y provocando que se reduzca el exceso de grasa, incluida la grasa visceral en el perímetro de la cintura.

Además de ello, sobre la cuestión de la diabates, en las personas con DM2 el fármaco mejoraría el ya mecionado control glucémico a través de varios mecanismos que incluyen mayor secreción de insulina, menor secreción de glucagón y una mejor sensibilidad a la insulina, por lo que ayuda a combatir esta afección. 

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El fármaco reduce el apetito

Para entender cómo Mounjaro consigue reducir el apetito tras su inyección, primero debemos recordar otro tipo de fármacos que también tratan la diabetes y la obesidad: la semaglutida. Y es que el nuevo medicamento de Lilly se diferencia de otros precisamente en que va más allá de ellos y afecta a una mayor cantidad de hormonas.

En este sentido, la principal diferencia que establece Mounjaro con la semaglutida -en la que se basan medicamentos como los ya mencionados ozempic o wegovy– es que estimula dos y no solo una hormona que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducen el apetito: además del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), activa el péptido insulinotrópico, dependiente de la glusosa (GIP).

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