Mucho antes de que diera comienzo el funeral por José María Caneda el complejo funerario Apóstol Santiago ya se quedaba pequeño para dar cabida a todos los asistentes. El párroco José Porto Buceta oficiaba la ceremonia religiosa en una capilla con una capoacidad insuficiente. Harían falta cinco más para acomodar a todos los que se acercaron a despedir al presidente del Compostela que hizo soñar a toda una ciudad.
José María Caneda fue un presidente singular que hacía las cosas a su manera pero que solían salirle bien. Su intuición a la hora de fichar y su inteligencia para saber sacar el máximo provecho a cada jugador fueron fundamentales en los éxitos de un Compostela que en su etapa más brillante parecía más una familia que un equipo de fútbol.
Sacaba su carácter cuando veía una injusticia y cuando consideraba que al Compostela le faltaban al respeto, aunque siempre demostró que sabía perdonar y que la palabra rencor no estaba en su diccionario.
Con estas premisas dejó muchísimos más amigos que enemigos en una ciudad en la que siempre se le recordará por haber sido el presidente que llevó a la esedé a Primera División y que permitió que el estadio de San Lázaro disfrutara del fútbol de elite durante cuatro temporadas.
Quedó demostrado que José María Caneda tenía muchos amigos. Y de todas las clases y condiciones. En su despedida reunió a cientos de personas, muchos de ellos vecinos de Amio y San Lázaro, y algunos rostros conocidos de la ciudad que quisieron a arropar a su esposa, sus dos hijos, sus once hermanos y el resto de su familia.
Porque Caneda sabía mezclarse con todos. Nunca perdió su esencia y no dejó, ni en sus momentos más brillantes, de hacer lo que le gustaba, de jugar la partida de cartas con sus amigos de siempre en la taberna de siempre. Y entre el fútbol y esos camaradas de toda la vida fue ganándose el cariño de muchos.
Los dos clubes que Caneda tenía siempre presentes no faltaron. El Compostela estaba representadpo por su actual gerente, Miguel Fernández, y el Amio por su presidente, José Manuel Iglesias Varela.
Pero había más personas vinculadas al fútbol como el entrenador Jesús Baleato, el exárbitro José Abucide Ferreiro o el que fue delegado de la Federación Galega de Fútbol en Santiago Quico Fernández Otero.
Y fueron varios los periodistas que a lo largo de su carrera profesional trabajaron, y a veces lidiaron, con José María Caneda, que también se acercaron a Boisaca como el televisivo Xoán Barro o los radiofónicos Andrés Vieites, Pepe Carreira, José Vicente Vilasuso o Alberto González.
Del mundo de la política acudieron al entierro dos concejales de la actual Corporación, el socialista Gonzalo Muiños y el popular José Ramón de la Fuente, además del exresponsable de Deportes Carlos Nieves y el que fue portavoz y cabeza de lista del PSdeG-PSOE, Francisco Reyes.
El mundo del deporte, como no podía ser de otra manera, también estaba presente con personas como el exjugador del Obradoiro Tonecho Lorenzo o el exentrenador y fundador del club santiagués de baloncesto José Manuel Couceiro.
No faltaron el gerente de la asociación de comerciantes Compostela Monumental, José Angel Blanco, o el director del Observatorio Astronómico Ramón María Aller, José Ángel Docobo, quien además fue el presidente que salvó al Obradoiro de su desaparición.
Caneda no dejó a nadie indiferente ni en su despedida. Pocos entierros se recuerdan con tanta gente y el sentir popular, o almenos de mochos de los presentes, era lamentar que ese homenaje que siempre mereció nunca se realizó. Ahora quizá sea tarde, pero seguro que el nombre de José María Caneda seguirá sonando en la capital compostelana durante mucho tiempo.
Flores del Atlético, la Liga, la AFE, la Federación y su Amio y su Compos
José María Caneda no dejaba indiferente a nadie. Su personalidad dejaba huella y pese a que llevaba ya años alejado del mundo del f´útbol suu fallecimiento ocupó espacios en los periñodicos deportivos más importantes de España y en los programas de radio nocturnos a nivel nacional. El mismo eco se dejó notar en las flores que se recibieron en el complejo funerario Apóstol Santiago. Llamaban la atención las coronas enviadas por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), la Real Federación Galega de Fútbol (RFGF), la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y hasta el Atlético de Madrid. No faltaban lógicamente las flores de los dos equipos de sus amores, el Amio y la SD Compostela. Y también molstraron su pesar las peñas Fonte Sequelo y Bancada Picheleira, además de la peña del bar As Cancelas. Otros clubes como el Viveiro o el Camporrapado también dejaron muestra de su solidaridad con la familia de José María Caneda en una sala atestada de coronas, rramos y centros de flores..