Que el Partido Popular paga sus deudas como el mejor de los Lannister es un hecho objetivo. El último agraciado por el partido de Alberto Núñez Feijóo ha sido su brazo ejecutor en el Consejo General del Poder Judicial saliente, José María Macías, quien como regalo por los servicios prestados a la causa será nombrado magistrado del Tribunal Constitucional. Así, Macías se convierte en el nuevo Concepción Espejel o Enrique arnaldo. Favor con favor se paga, y el PP siempre ha sabido pagar.

En los diez años y medio que lleva Macías en el órgano de Gobierno de los jueces nunca ha tenido tanto protagonismo como en los últimos meses donde se ha convertido en el sicario de las políticas de los populares. Suyas son frases tan brutales como la que dijo en una entrevista con el diario ‘ARA’. En la entrevista afirmó: «el Constitucional tiene un papel que quizás no es el más idóneo para controlar la ley de amnistía«. Una frase que si realmente cree que es así le debería llevar a abstenerse en su nueva condición de magistrado de ese tribunal cuando entren los recursos contra la ley. Pero claro, la congruencia entre lo dicho y lo hecho no está en el ADN ni de los del PP, ni mucho menos de los agraciados con sus premios.

Pero es que hooliganismo de los vocales del Consejo General del Poder Judicial nombrados por el PP alcanzaba estos últimos meses cotas impensables hace un año. Como ejemplo, y como no siempre con Macías a la cabeza del clan, estaba la felicitación de Navidad de este vocal del PP del órgano de Gobierno de los jueces, enviada con el sello del consejo, donde le pedía directamente nada más y nada menos que a Dios que, “en tiempos de incertidumbre y miseria moral, libres del acoso a los hombres y mujeres que sirven a la Justicia”.

Una felicitación en la que un miembro de un poder del Estado mezclaba a Dios con la política sin que se le cayesen los anillos, y menos las vergüenzas. Eso sí, la ha enviaba con la cobardía de no poner nombre y apellidos a quienes decía que hacen que se viva en tiempos de “incertidumbre y miseria moral”. Esta fue la manera del futuro magistrado del TC de insultar a quienes osaron criticar la labor de algunos jueces.


Porque sí, este juez en excedencia que ahora ejerce como abogado, se erigió como el mayor defensor de sus compañeros hicieran lo que hicieran. Vamos, que le ha faltado tatuarse “el lawfare no existe”. Al dictado de las políticas del PP, era el primero en salir y el que más alto hablaba cuando se trataba de decir que el lawfare era una invención de la izquierda. Porque aunque se autodenominan como los mayores demócratas de España, que no se le ocurra a nadie, venga de dónde venga, criticar a los sacrosantos jueces. Que España será una democracia, pero los señorías son intocables.

El sector progresista del CGPJ, así como varios magistrados conservadores consultados por ElPlural.com, no salían de su asombro al conocer el nombramiento. “Ha sido la persona más desleal con Sánchez dentro del Consejo. Ha llamado a cualquier puerta que pudiera suponerle un problema al presidente y al PSOE”, afirmaban estas fuentes. Pero lo dicho: favor con favor se paga, y el PP siempre ha sabido pagar.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EP


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