El Gobierno del País Vasco ha concedido, de nuevo, el tercer grado al etarra Juan Carlos Subijana, afectado de una grave enfermedad respiratoria. En esta ocasión, si nada lo impide, el recluso podrá disfrutar de su semilibertad, ya que la Fiscalía no se ha opuesto a ella al tener en cuenta tanto su estado de salud como que el interno ha pedido un perdón expreso a sus víctimas.

Este terrorista, de 60 años de edad, fue condenado a casi tres décadas de cárcel por facilitar a ETA información sobre el funcionario de prisiones Máximo Casado, destinado en la cárcel de Nanclares de la Oca (Álava) y al que la banda asesinó el 22 dde octubre del año 2000.

Concretamente, Subijana, interno en el centro penitenciario de Basauri, padece EPOC (siglas de enfermedad pulmonar obstructiva crónica) de tipo grave, de grado 3 sobre 4. Así lo desvelan fuentes judiciales a EL ESPAÑOL.

Se trata de la tercera vez que el Ejecutivo autonómico —que desde hace más de un año posee la competencia sobre las prisiones vascas, cedida por el Gobierno central— le concede su semilibertad. Ésta, según parece, será la definitiva.

La primera y la segunda vez que la Administración vasca le otorgó la semilibertad al recluso, esta decisión sí fue recurrida por la Fiscalía de la Audiencia Nacional. Pero ahora el Ministerio Público rechaza hacerlo debido al estado de salud del terrorista y dado que sí ha pedido un «perdón individualizado» a sus víctimas.

Un reciente fallo del Tribunal Supremo establece que si el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, que tiene la última palabra sobre la semilibertad de los presos etarras, admite a trámite el recurso de la Fiscalía, el reo debe volver a la cárcel hasta que se decida su situación.

Pero en esta ocasión, la Fiscalía no ha recurrido la concesión del tercer grado, según confirman fuentes jurídicas a EL ESPAÑOL. Además de su enfermedad y de su perdón, ha tenido en cuenta que el recluso ya ha disfrutado de varios permisos penitenciarios —desde abril de 2022 y sin registrarse incidencias— y que se haya comprometido a pagar las responsabilidades civiles derivadas de su participación en los hechos.


Fachada de la Audiencia Nacional.

Europa Press

Cuando la Fiscalía recurrió por primera vez la semilibertad de Subijana, recalcó que estaba condenado por un delito «muy grave», el de asesinato, y que aún tenía pendiente un largo periodo de cumplimiento de su pena. Por entonces, además, acaba de empezar a disfrutar los permisos penitenciarios y había abonado tan sólo una pequeña cantidad de la responsabilidad civil derivada de su condena.

«La obtención de permisos no es un punto de llegada, sino un momento trascendente de una evolución conductual que culmina en el tercer grado», destacó la magistrada del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria que revocó su tercer grado.

No obstante, la magistrada sí destacó que el recluso ya había redactado dos cartas de arrepentimiento en los que mencionaba «de manera específica» a Máximo Casado y a sus familiares. Aun así, la juez consideró que, por entonces, todavía era necesaria «una mayor evolución del penado, en cuanto que determinadas expresiones que utiliza en su escrito denotan una falta de suficiente superación de los aspectos tratados que hace necesario que se continúe trabajando en los déficits que llevaron al interno a delinquir».

Por otro lado, el Gobierno vasco también concedió recientemente, por tercera vez, la semilibertad al etarra Joseba Arregi Erostarbe, apodado Fiti. Fue condenado a 2.354 años de prisión por el atentado contra la casa-cuartel de Zaragoza. La Audiencia Nacional, a instancias de la Fiscalía, había revocado su tercer grado en dos ocasiones. No obstante, al igual que sucede con Subijana, el Ministerio Público también ha descartado recurrir su semilibertad una tercera ocasión, debido a que Fiti ha pedido por escrito un perdón individualizado a sus víctimas, con nombres y apellidos, se ha comprometido a pagar la responsabilidad civil y ha disfrutado ya de varios permisos.

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