“Ucrania necesita más ayuda, y la necesita ahora, antes del verano”, apremiaba el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, a su llegada a la reunión de ministros de exteriores de la UE celebrada este lunes en Luxemburgo. Un llamamiento de urgencia al que los gobiernos europeos han respondido aprobando el uso de hasta de un primer tramo de 1.400 millones de euros de los beneficios de los activos rusos congelados en la UE para financiar la compra de armas y munición para Ucrania, según han confirmado fuentes europeas. La decisión ha sido posible esquivando el veto de Hungría. Se espera que el dinero llegue a Kiev a partir de julio.

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