El Rey inició este domingo una gira por los países bálticos, sorprendentemente, sin la compañía de ningún ministro. En la semana en la que el Monarca ha celebrado los diez años desde su proclamación, Felipe VI aterrizó este domingo en Estonia en solitario, según el Ministerio de José Manuel Albares, porque «Casa Real no se ha coordinado con Exteriores para este viaje«.

Fuentes diplomáticas consultadas por este periódico destacaban lo «sorprendente» e «inhabitual» de esta circunstancia. Y comentaban con sorpresa que «ni siquiera acompaña a Su Majestad un secretario de Estado«. Horas después, Moncloa rectificaba y anunciaba que el martes viajará la ministra de Defensa, Margarita Robles, para coincidir con el Rey en su última parada, en Letonia.

El Rey ha viajado este domingo a Estonia, donde ha aterrizado solo con su equipo. El viaje era un deseo expreso de Don Felipe, que había postergado desde hace meses por problemas de agenda, con la intención de visitar y homenajear a las tropas españolas desplegadas en estos tres países, fronterizos con Rusia, y donde España mantiene fuerzas de los tres Ejércitos para colaborar en la defensa del flanco este de la OTAN.

De hecho, esta gira comenzó a prepararse a principios de abril, con el conocimiento del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Pasadas las 15.00 horas, Felipe VI ha sido recibido por el presidente, Alar Karis, en el Palacio de Kadriorg con honores militares. Después, ambos se desplazaron al buque anfibio portaaeronaves Juan Carlos I que acababa de atracar en puerto tras haber participado en el BALTOPS, el principal ejercicio de la OTAN en el mar Báltico.

En un principio, estaba previsto que acompañara a Felipe VI en este viaje el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Teodoro López Calderón, pero una indisposición le impidió viajar en el último momento.

En su lugar, el Rey ha estado acompañado por Francisco Braco, comandante del mando de operaciones en el exterior. Sobre la cubierta del portaaeronaves Juan Carlos I, Felipe VI se ha fotografiado junto a la tripulación, acompañado por el jefe de la Casa del Rey, Camilo Villarino, y el embajador español en Estonia, Guillermo Corral.

Precisamente, el carácter militar de la gira sirve asimismo de excusa para Exteriores en su descargo: «Se trata de un viaje para visitar tropas, por lo que queda fuera del ámbito del Ministerio», explican fuentes oficiales.

La explicación del departamento de Albares, en todo caso, no le exime de responsabilidad, al menos en función de los últimos roces entre Zarzuela y el Ejecutivo. Ya el viernes pasado, durante la visita privada de Javier Milei a Madrid, la Casa Real se escudó en que «la política exterior es competencia exclusiva del Gobierno» para no dar más explicaciones sobre el hecho de que el Rey no hubiera dado audiencia al presidente de la República Argentina.

Entonces, fuentes del ministerio admitieron que el equipo de Milei envió una nota verbal seis semanas antes solicitando ser recibido en Zarzuela por el Jefe del Estado, pero nadie le dio respuesta. Por eso, las fuentes oficiales de la Casa Real concluían su respuesta a este diario reseñando los hechos: «Se solicitó, la política exterior es competencia del Gobierno, y la audiencia no aparece en la agenda».

Fuentes diplomáticas explican a este diario que, en términos institucionales, eso era tanto como decir «no me dejan recibirlo». Y ante la polémica de la soledad del Rey en los países bálticos, añaden que la explicación debe buscarse en la «mala relación» entre el ministro Albares y el actual jefe de la Casa Real, Camilo Villarino.

Según Exteriores, la realidad es que el ministro debe asistir, este lunes, «al Consejo de Asuntos Exteriores en Luxemburgo el lunes y al Consejo de Ministros el martes». Y que esa es otra de las razones que colocan su ausencia como ministro de jornada con Don Felipe en Estonia, Letonia y Lituania.

Otras fuentes consultadas dentro del cuerpo diplomático explican que Villarino y Albares llevan años chocando. Que ya tuvieron encontronazos en los primeros años de Pedro Sánchez en el Gobierno, cuando el hoy ministro era asesor en Moncloa y Villarino era jefe de gabinete de su antecesor, Josep Borrell. Y que la relación se agrió aún más cuando a Villarino se le negó el destino de embajador en Moscú, que ya tenía asignado, nada más ser nombrado Albares ministro de Exteriores.

Este lunes, Felipe VI se trasladará a Vilna, donde arrancará su agenda con un encuentro con el presidente de Lituania, Gitanas Nausèda, quien también le ofrecerá un almuerzo.

En la capital lituana, el Rey asistirá a la ofrenda floral en el memorial por los caídos por la independencia en el cementerio Antakalnis y visitará igualmente el Parlamento, Lituania. A continuación, Felipe VI se desplazará hasta Base Aérea de Siauliai, donde visitará los hangares de reacción rápida y visualización del simulacro Tango Scramble, es decir, una alerta de entrenamiento de cara a una misión real de interceptación de una aeronave.

La misión de la OTAN

Aquí, el Rey tendrá ocasión de mantener un encuentro con el contingente español que participa en la misión de Policía Aérea del Báltico (BAP) de la OTAN. España participa en esta misión, creada en 2004 tras la entrada de los países bálticos en la OTAN, desde 2006. El actual despliegue del Destacamento Vilkas arrancó el pasado 1 de abril y se prolongará durante cuatro meses.

El martes, el monarca finalizará la gira en Letonia, donde se reunirá con su presidente, Edgars Rinkevics, y asistirá a la ofrenda floral en el Monumento a la Libertad. También está prevista una reunión con la primera ministra, Evika Silina, así como una visita al Parlamento letón, Saeima.

Antes de emprender el regreso a España, el Rey se desplazará a la base militar de Adazi para reunirse con el contingente español que se encuentra desplegado en ella en el marco de la misión de la OTAN Presencia Avanzada Reforzada. Es en esta visita donde, finalmente, sí estará presente como ministra de jornada la titular de Defensa, Margarita Robles.

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