El Barça Atlètic se topó contra todas las adversidades en su intento de ascender a Segunda división. El 1-1 conseguido en el Johan Cruyff una semana atrás le obligada a ganar, sí o sí, para lograr el retorno a la categoría de plata seis años después. Pero a las dificultades deportivas, ante un rival más experimentado y con mucho más ‘oficio’, se le sumaron otras adversidades. El Nuevo Arcángel se convirtió en un infierno para los jóvenes futbolistas azulgranas no solo durante el partido, sino que incluso antes de que saltaran al césped. De hecho, fueron recibidos con insultos y vieron como los 150 aficionados culés, la mayoría familiares de los jugadores, fueron colocados en un córner del estadio sin ningún cordón de seguridad, y a los que también increparon por el simple hecho de animar a su equipo. A la crispación de la grada se sumó un calor infernal, superándose los 35ºC. De hecho, el árbitro del encuentro avanzó la pausa de hidratación al minuto 26 de cada parte, cuando lo habitual es en el 30. Esas temperaturas desérticas -que obviamente también era adversas para los locales- ocasionaron un par de sustos. Casi a la par, pero en las posiciones opuestas -uno en tribuna y el otro en el lateral-, dos aficionados locales tuvieron que ser atendidos por sofocos. Por suerte, y tras la intervención de las asistencias médicas, los dos casos quedaron solo en un susto.
A pesar de que el Barça fue el primero que dio el golpe en el marcador con un gol tempranero de Héctor Fort, los locales consiguieron darle la vuelta. Antes del descanso igualaron con un tanto de Toril y, a los once minutos de la reanudación, los azulgrana contribuyeron con un regalo de pardillos. Faye cedió para Marc Vidal y el guardameta azulgrana forzó un pase a Casadó, que recibió de espaldas ante la presión rival para que el balón acabara en los pies de Toril, que picó el balón sellando el definitivo 2-1. Ya con el marcador y el pase a Segunda en el bolsillo, los cordobeses se emplearon al máximo en hacer faltas constantes, muchas rozando los límites del reglamento sin que Muresan Muresan no mostrara alguna amarilla más.
A pesar de intentarlo hasta el último minuto, con Faye emulando el recurso que Cruyff utilizaba con Alexanko -presente en la grada-como delantero centro en los finales de los partidos adversos, el Barça Atlètic se quedó a las puertas del objetivo. Muchos jugadores se derrumbaron y rompieron a llorar, conscientes no solo de que el filial no estará en Segunda la próxima temporada, sino que muchos de ellos se irán.
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