Algunos tuvieron que salir a rastras. Muchos se resistieron atados a las puertas de sus casas. Las madres mordían a los agentes que les pedían que se fueran. Otros abandonaron sus hogares en los brazos de soldados. Hace casi dos décadas de su partida forzada, y ahora planean su tan ansiado retorno. La guerra contra Gaza, que está dejando el enclave palestino arrasado, ha devuelto la ilusión a los colonos israelíes. Traumatizados aún por la evacuación forzosa de los 21 asentamientos judíos en territorio gazatí en el 2005, estos grupos de judíos radicales ven en la desolación de la tierra palestina una promesa expansionista de futuro. Aunque, por ahora, son una minoría, ya hay miembros del gobierno y el Parlamento de Israel que abogan por volver a ocupar Gaza en cuanto se detengan las bombas.

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