Las personas no binarias no se identifican ni como hombre ni como mujer. Pueden hacerlo tanto con ambos géneros, como con ninguno o con algo intermedio. Porque dos sexos, como recuerda la filósofa y profesora de Biología y Estudios de Género en la Universidad de Brown Anne Fausto Sterling, «jamás han sido suficientes para describir la variedad humana. Ni en tiempos bíblicos ni ahora». Ella ha resaltado siempre que hace mucho que se sabe «que no hay una sola medida biológica que coloque de manera contundente a cada ser humano en una de dos categorías: varón o mujer». La división tuvo más que ver con el establecimiento de reglas sociales para administrar la diversidad sexual que con la ciencia.
Por eso, las personas que no se reconocen dentro del binarismo llevan tiempo reclamando una tercera casilla en los documentos oficiales en España. Quieren que en su DNI no aparezca si son hombre o mujer. Tampoco en sus contratos de trabajo o en la universidad de la universidad.
Es, por ejemplo, el caso de Alesya Beneroso. ‘Elle’ se registró como mujer gracias a la Ley Trans. Lo hizo más que nada para dejar de aparecer oficialmente como un hombre. Pero, asegura, hacerlo como mujer tampoco le representa. La tercera casilla reconocería su realidad y la de otras muchas personas, dice, a la par que evitaría situaciones desagradables que aún tienen que vivir.
«Aquí en Madrid, que es de donde yo soy, hay gente no binaria que quiere realizarse una mastectomía para su pecho y que debe pasar, obligatoriamente, por un año de hormonación pese a no querer. Es decir, se sigue dañando por hacerlo todo dentro de los parámetros de hombre o de mujer», reconoce la técnica de salud en el equipo técnico del Cogam. Pasa en el ámbito médico, pero también en otros, como en el familiar, el laboral o el académico.
Lenguaje inclusivo
También en el lenguaje. Cada vez más personas que utilizan la terminación -e para hacero inclusivo, pero hay oras tantas que todavía consideran este uso como un error fatal a la hora de hablar. Tampoco la Real Academia Española (RAE) es partidaria de ello, como ya demostró en más de una ocasión. Tanto que en 2020 consideró «preferible» retirar de su portal lingüístico denominado Observatorio de palabras la entrada elle debido· a la confusión· que había generado su presencia. Antes de eso, se definía como «un recurso creado y promovido en determinados ámbitos para aludir a quienes puedan no sentirse identificados con ninguno de los dos géneros tradicionalmente existentes».
«Al final el lenguaje cambia. La RAE no debería marcar sus normas, sino adaptarse a lo que el propio lenguaje está dictando en ese momento», defiende Samthony Abian, de la Asociación Estatal No Binaries. ‘Elle’ sí utiliza este pronombre y la -e como lenguaje neutro. Lo hace en todo momento. También cuando cuenta que, desde pequeñe ,tenía «una espinita ahí». Esa que te hace saber que no encajas del todo en lo que se supone que es ser un niño o una niña. Claro que por aquel entonces (tiene 29 años) el género no binario estaba mucho más invisibilizado de lo que está ahora.
«No había un espacio para ser reconocides. Conforme fue avanzado esto, y comencé a escuchar y a investigar sobre el tema, me di cuenta que ni era la única persona que se siente así ni que haya nada mal conmigo. Y eso es algo a lo que vamos: a que la gente se dé cuenta de que no hay nada mal con elles. Quienes se sientan así, como personas no binarias, tienen derecho a ser reconocides como tal», sostiene.
No es una prioridad para Igualdad
El reconocimiento de las personas no binarias estuvo a punto de incluirse en la Ley Trans, aprobada en 2023, pero finalmente quedó fuera. Pese a que el articulado no incluía una referencia explícita a una tercera casilla, el borrador que en su momento elaboró el Ministerio de Igualdad sí contenía una disposición que permitía «omitir, a petición de la persona interesada, la mención relativa al sexo en los documentos oficiales».
Sin embargo, y a medida que fueron avanzando las negociaciones entre el PSOE e Igualdad, cuya titularidad entonces ostentaba Irene Montero (Unidas Podemos) quedó fuera. Cuando al fin se aprobó la ley, Alesya Beneroso reconoce que su «celebración fue parcial»: «Al fin y al cabo, todavía queda gente a la que no se nos reconoce a nivel legal».
Preguntada este pasado jueves, la ahora ministra de Igualdad, Ana Redondo, dejó claro que tampoco será una cuestión que recuperen en esta legislatura. «No es una prioridad. No está dentro de los acuerdos de gobierno con Sumar. Lo valoreremos en su momento, pero ahora mismo lo importante es que la ley [trans] se desarrolle», afirmó.
Para Abian y Beneroso, que no esté en los acuerdos de gobierno no es excusa. Abian recuerda que hace no mucho que recibió una encuesta sobre discapacidad en el colectivo LGTBIQ+ del propio ministerio que incluía el género no binario: «Es un poco no, pero sí. Pero no, pero sí. Pero no es solamente lo que ella decida», defiende.
Reconocimiento en 14 países
Creen que tarde o temprano llegará ese reconocimiento oficial de la identidad no binaria, al igual que existe en 14 países en el mundo. En Europa ya ocurre en Alemania, Países Bajos, Austria, Dinamarca, Malta e Islandia, según datos de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA).
En España, Andrea Speck, una persona no binaria y residente en Sevilla, pudo señalar su sexo como ‘X indefinido’ en el Registro Central de la Extranjería hace apenas unos meses. Lo logró a raíz de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que le daba la razón: si en la documentación de su país de origen, en este caso Alemania, se le reconocía
Gracias a ella, en la documentación que se expide a las personas extranjeras con residencia legal en España figura ya la misma opción de género que conste en sus documentos oficiales de identidad, ya sea el pasaporte o el documento de identidad nacional reconocido por España.
Por eso, explican fuentes del Ministerio del Interior, en las tarjetas de identidad que se expide a algunos extranjeros (por ejemplo, nacionales de EE.UU) «ya figura una opción alternativa distinta a las tradicionales de hombre o mujer».
Lucha en España
Tan solo dos días después de conocerse el caso de Andrea Speck, Darko Decimavilla inscribía en el Registro Civil de Madrid la solicitud de reconocimiento como persona no binaria o «cualquier marcador de tercer género que este órgano estime adecuado». Pero, como explica Samthony Abian, se lo han denegado.
Denegación que han recurrido a la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública, un organismo del Ministerio del Interior. «Si nos la denegaran allí, iríamos al Tribunal Constitucional», asegura.
«Estamos luchando por el reconocimiento de la tercera casilla en documentos oficiales; en el DNI. Queremos que sea así porque consideramos que el derecho a existir lo tiene todo el mundo. Es un derecho asociado. Y el derecho a ser reconocide, también», concluye.