Entre luces vibrantes y el susurro de las primeras notas, la Ciudad del Rock de Arganda del Rey se convirtió en un santuario para los amantes de la música electrónica. A Summer Story 2024 nos invitó a un viaje donde la música y el amor se entrelazaron para curar y transformar. En este ecosistema del ritmo, vivimos dos días de pura euforia y conexión humana, donde el techno no solo movió nuestros cuerpos, sino que también sanó nuestras almas. 

En medio de la marea de cuerpos danzantes, besos tímidos y apasionados se intercambiaban bajo la bruma de luces estroboscópicas, y las barreras entre desconocidos se desvanecían en abrazos efímeros y sonrisas compartidas. La confusión se mezclaba con la euforia mientras los asistentes se dejaban llevar por el poder hipnótico de los beats. Una catarsis colectiva llena de primeras veces. Un culto a lo exótico. Fue en esta unión, donde el amor y la música se fundieron, que encontramos la verdadera esencia de lo que significa ser humano: vivir, sentir y conectarse profundamente con otros, incluso en la brevedad de un momento.

La organización del evento logró reunir un cartel espectacular que incluía a algunos de los nombres más influyentes de la escena electrónica global, como Richie Hawtin, Carl Cox con su ‘Hybrid Show’ y DJ Snake. Cada actuación, cuidadosamente programada, permitió a los asistentes disfrutar de un viaje emocional desde lo hipnótico hasta lo eufórico sin perderse a ninguno de sus DJs favoritos.

El cartel de A Summer Story 2024, uno de los más impresionantes hasta la fecha, contó con estrellas como Gordo, Alexxandra, Mëstiza, y leyendas como 999999999, Fatima Hajji, Don Diablo y Robin Schulz. La frescura de artistas emergentes como Basswell, Cera Khin y Joyce añadió una capa extra de emoción y descubrimiento al festival, destacando especialmente la esperada actuación de DJ Snake, cuyo set demostró el poder transformador y sanador de la música y el amor.

Los Special Stages de esta edición fueron verdaderos epicentros de energía y diversión. Oro Viejo by DJ Nano volvió a ser uno de los grandes protagonistas, con una selección musical que hizo vibrar a todos los presentes y una energía que parecía inagotable. Cada set fue una celebración de la música y de la vida, y el público respondió con entusiasmo. Aquí, en este espacio mágico, la música y el amor se fusionaron para sanar y transformar, creando recuerdos que perdurarán para siempre.

El stage de Bresh demostró por qué es el concepto de moda. Este espacio se convirtió en un hervidero de alegría y celebración, reuniendo a miles de personas en un ambiente de pura diversión. La edición de 2024 de A Summer Story, con su impresionante capacidad de congregar a 75.000 personas durante dos jornadas, superó todas las expectativas.

Sin embargo, el festival, a pesar de su brillo y esplendor, no estuvo exento de críticas. Uno de los temas más comentados fue el elevado costo de las entradas y servicios. Lo que alguna vez fue un espacio inclusivo y accesible para todos los amantes de la música, se ha convertido en una cara muestra de comercialización y elitismo. Los precios desorbitantes alejaron a muchos fanáticos que antes disfrutaban de estos encuentros culturales, desdibujando la esencia de la música como medio de unión y expresión ante el afán desmedido de maximizar ingresos y ceder a las demandas de una industria cada vez más mercantilizada. 

Los problemas logísticos y de seguridad también fueron un punto delicado. A medida que la asistencia aumentó exponencialmente, la organización y gestión del evento se volvieron caóticas. Colas interminables, accesos trabados y escasa señalización convirtieron la experiencia en una auténtica odisea. Mención aparte merece el despliegue policial de ambos días, más propio de un Albania – Serbia que de una fiesta

Además, otro problema significativo fue el impacto despiadado de los servicios de VTC. El aumento de la demanda durante el festival llevó a estos servicios a elevar sus tarifas de manera desmesurada, aprovechándose del fervor de los asistentes. Viajes de 60 euros. Tiempos de espera de una hora. El capitalismo y sus cosas.

Aún con todo el festival ha demostrado ser un lugar donde la música y el amor se encuentran para crear algo verdaderamente especial. Aquí, la música y el amor no solo curan, sino que transforman, y cada momento se convierte en una celebración de la vida. En un mundo donde equivocarse también está permitido, A Summer Story nos recordó que vivir rápido, morir joven y dejar un bonito cadáver es una filosofía que, aunque extrema, resuena con la intensidad y pasión de cada beat.

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