El chavalín se llama Christopher Bess y su carisma sobre la pista es innegable. Dirige a jugadores mayores que él, vive los partidos como un ‘coach’ veterano y hasta se atreve a protestar a los árbitros. Sus padres llevan su cuenta de Instagram, en la que ya cuenta con casi 300.000 seguidores. No sabemos si llegará a ser profesional, pero tiene un carisma indiscutible.



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