El sector de la restauración en España está en pleno proceso de reconversión: cambia la tipología de los establecimientos, se redimensiona la oferta (o lo que es lo mismo cierran locales) y, como ya ocurrió con el comercio, cada vez hay mayor presencia de cadenas. Esto pasa, en parte, porque los gustos del cliente autóctono han cambiado de forma drástica en la última década, un fenómeno al que se ha sumado la presión del consumidor turista, cuyo gasto en este ámbito crece de un año para el otro. El caso es que el número de empresas dedicadas a este negocio se redujo un 10% entre 2013 y 2023, «una tendencia que se ha acelerado a raíz de la pandemia, ya que solo desde 2019 han caído un 8%», señala Judit Montoriol, coautora del informe ‘Radiografía del sector de la restauración en España: Del bar a la estrella Michelín’, elaborado por CaixaBank Research. Los más castigados, indica el mismo estudio, han sido los pequeños bares de barrio o las cafeterías de toda la vida, uno de cada cinco de los cuales han desaparecido durante el mismo periodo.

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