Diez euros. Esa es la cantidad simbólica que recibe el ganador del Premio Goncourt, el galardón literario más prestigioso de Francia, que suele traducirse en un boom de lectores que convierte al elegido o elegida en algo parecido a un semidiós. El año pasado, el afortunado fue Jean-Baptiste Andrea, oriundo de Cannes y hasta hace muy poco un completo desconocido en el mundillo literario porque se había dedicado al cine y trabajado la mayor parte de su carrera en Los Ángeles. De su novela ‘Cuidar de ella’ (AdN) podríamos decir que es como las de antes, una mezcla de aventuras y emoción. Está ambientada en la Italia prefascista y gira en torno a la improbable amistad entre un aprendiz de escultor y la heredera de una familia rica que aspira a hacer algo más en la vida que casarse bien. 

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