Sumar intenta cerrar filas en el debate sobre financiación autonómica y paraliza su discusión a nivel interno hasta que el Gobierno lo concrete en una propuesta. El compromiso de Pedro Sánchez para conceder a Cataluña un trato financiero «singular» despertó distintas reacciones en la coalición de partidos liderada por Yolanda Díaz, donde conviven formaciones que expresaron dudas en unos casos y rechazo expreso en otros.
La dirección del grupo parlamentario de Sumar se reunió este lunes para abordar este asunto y se acordó posponer el debate hasta que los socialistas presentaran su propuesta en firme. Sólo sobre eso, acordaron, se adoptaría una postura común. Era ésta una manera de evitar el desgaste que supone el debate interno y hacer control de daños sobre la división que presenta este asunto en una coalición formada por fuerzas de distintos territorios con financiación desigual, y entre los que existen importantes diferencias.
En este encuentro, donde participan miembros de los partidos aliados, se situó la propuesta de Sánchez como un mensaje en clave «claramente electoral«, según detallan fuentes conocedoras, para conseguir el apoyo de ERC a la investidura de Salvador Illa, más que como un compromiso real para lograr una reforma de la financiación. De hecho, distintas fuentes del grupo parlamentario expresan sus «dudas» de que el compromiso del presidente pueda traducirse realmente en una medida concreta.
Aunque en las últimas horas el Gobierno ha dicho estar trabajando en «fórmulas imaginativas» para cumplir con ERC, lo cierto es que a priori la propuesta no tiene el apoyo parlamentario garantizado, ya que tanto Podemos como algunas formaciones de Sumar lo han dejado en el aire.
El socio minoritario del Gobierno ve extremadamente difícil que pueda presentarse en estos momentos una reforma completa del sistema de financiación que implique a todas las comunidades autónomas, y que lleva pendiente desde 2014. Algunas voces apuntan a que esta singularidad catalana podría traducirse en el aumento de la dotación presupuestaria a las competencias que ya están transferidas a la Generalitat, como prisiones. Algo que podría incluirse en los Presupuestos Generales del Estado, que en todo caso Sumar continuaría apoyando.
Disonancias en Sumar
Y pese al intento de cierre de filas en Sumar, lo cierto es que el mismo día en que se produjo la reunión, ya hubo fuertes disonancias entre las fuerzas integradas en Sumar. Ese mismo lunes Ernest Urtasun, portavoz del partido Movimiento Sumar y también cuota de los Comunes dentro del Gobierno, dio su visto bueno a la fórmula propuesta por el presidente. Reconoció la «singularidad» de Cataluña por estar «reconocida en el Estatut» y porque a su juicio “el autogobierno catalán es distinto” al de otras regiones, dado que gestiona más competencias. Un carácter que, defendió, era «compatible» con corregir la infrafinanciación de algunas comunidades autónomas.
Pero Urtasun se quedó solo en el apoyo a la propuesta. IU, principal partido estatal de la coalición, condicionó su apoyo a un modelo que garantizase «cohesión y solidaridad», mientras su líder, Antonio Maíllo, insistía en la necesidad de diseñarlo desde la «solidaridad entre territorios» para no caer en el «error» de abrir un «enfrentamiento entre comunidades autónomas«, según defendió en una entrevista en Canal Sur: «El problema de esta especie de ‘financiaciones a la carta’ que surgen al calor de la coyuntura política», censuró el dirigente.
Más Madrid se unió poco después a este discurso, cerrando al puerta a que «una comunidad deje de contribuir a la solidaridad interterritorial dentro de España». La líder del partido madrileño, Mónica García, rechazó la existencia de «ciudadanos de primera y de segunda».
Rechazo de Compromís
Pese a las advertencias de la coalición para no entrar en el debate, Compromís quiso dejar clara su posición y defender su interés valencianista en el Congreso, y desde su sala de prensa lanzó una seria advertencia: sus dos diputados no apoyarían una financiación singular de Cataluña que supusiera un mejor trato respecto al resto de las comunidades. «No se puede solucionar el problema de Cataluña y dejar fuera a la Comunitat Valenciana», defendió el portavoz Joan Baldoví. A esta misma tesis se abonó Chunta Aragonesista, que reclamó también una mejora de la financiación para Aragón.
Ante esto, y visto el revuelo generado entre los aliados pese a haber pospuesto el debate, Sumar optó por una postura intermedia. Íñigo Errejón reclamó que el sistema de financiación autonómica se renueve de manera integral y no solo para una comunidad, al tiempo en que insistió en la tesis de Sumar de que «no hay ninguna propuesta encima de la mesa» ni «nada concreto» sobre lo que discutir. El portavoz parlamentario de Sumar desdeñó el debate que divide a su grupo y lo calificó como fruto de la «burbuja» informativa.