A Elena Rodríguez-Vigil le diagnosticaron un trastorno límite de la personalidad (TLP) cuando tenía 20 años, pero ya se sentía mal y con problemas desde los nueve. La joven ofrecerá este miércoles su testimonio en el Club LA NUEVA ESPAÑA, en una mesa de análisis coordinada por Julio Bobes, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, en la que también intervendrán Elisa Seijo Zazo, especialista en Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia y Daniel Pedro Rodríguez, presidente de AFESA (Asociación de familiares y personas con enfermedad mental de Asturias).
Ante el sufrimiento psicológico
De niña sufría acoso escolar en el colegio. «No sé que notarían los otros niños, pero me llamaban loca todo el rato», asegura. Ese sufrimiento psicológico se transformó en un dolor físico, a través de uno de los principales síntomas de la ansiedad. «Lo somaticé físicamente, me dolía la barriga y no quería ir a clase. Luego las notas empezaron a decaer, empecé a suspenderlo casi todo, a los 12 o 13 años me aterraba ir al colegio», asegura. Tal fue el impacto que estuvo sin escolarizar durante años y sacándose la educación secundaria a distancia, en centros de formación privados, «a partir de ahí no volvía a estar normal». Rodríguez-Vigil, con 28 años, ya sabía lo que le pasaba y le podía poner nombre o apellidos. «Pero a la larga más que un alivió fue como una losa. Vale tengo esto, pero cómo me puedo adaptar a llevar una vida lo más normal posible e integrarme, porque a mi esto me afectó en mis estudios y laboralmente».
Reivindicar el papel de los pacientes
Elena Rodríguez-Vigil también reivindicará el papel de los pacientes en la organizacion asistencial y hablará de que es y para que sirve en el sistema asistencial el llamado «paciente experto”.