Tuvo una vida bien vivida. Eso ha dicho su hijo. Una vida bien vivida es un resumen perfecto para definir que este camino lo ha disfrutado hasta el final. Se ha muerto Donald Sutherland, un actor que jamás dudo de ninguno de los papeles que tuvo que hacer. Daba igual si el personaje era bueno, era malo o era feo. A todos les sacó lo mejor, lo que tomaba como una obligación.

Era particularmente alto, delgado y su cara era también particular. Larga. Todos esos elementos físicos le definían sin posible equivocación entre un millón, pero, sin embargo, fue capaz de interpretar un montón de roles, a cada cual más dispar. Y todos bien.

Su hijo Kiefer lo ha anunciado en redes sociales. El canadiense ha sido uno de los actores más versátiles de Hollywood y ha estado en películas míticas como Juegos del Hambre

Tribute to Donald Sutherland in Los Angeles

Hizo terror, acción, comedia romántica, drama, cine bélico y todo lo hizo bien.” Doce en el patíbulo”, “Mash”, “Klute”, “Johnny cogió su fusil”, “Casanova”, “Novecento”, “La Invasión de los Ultracuerpos”,” JFK”, “Los Juegos del Hambre”. Nunca obtuvo un Óscar y, sin embargo, nunca lo necesitó para ser esplendorosamente bueno. Buenísimo. Y poderoso. Pero, a pesar de ese poderío, hay dos papeles en los que nos pellizcó. En los dos hacía de padre. El primero es en “Gente Corriente”. Su personaje quiere reponerse rápido del duelo de perder un hijo. Pero le queda otro. Frágil, dañado y enfrentado a una madre cruel. Así que Calvin, Sutherland, decide elegir para salvar al hijo que le queda vivo.

Y otro más. El Sr Bennet de “Orgullo y Prejuicio”. Sutherland es el padre de Liz, a la que da el consentimiento para casarse con Darcy. Sutherland da el cierre dulce, de pura felicidad a la película, diciéndole a su hija que no la dejaría ir con alguien que no la mereciera. Y ahí ya saca una el pañuelo y a llorar viéndole emocionarse.



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