Más, pero mejor. Más resiliente, ágil, que apuesta por la cocreación en su ecosistema (y en
otros); que se anticipa a un entorno disruptivo, un mundo donde la constante permanente es
el
cambio; comprometida con las personas y con el medioambiente.
Ya estamos rodeados de empresas que aplican hoy una visión de futuro. Hay
otras, en cambio, que
deberán adaptarse para subsistir y mantener su competitividad al ritmo de un horizonte que
no se
mantiene en línea recta.