Barcelona tiene ahora mismo 10.000 pisos turísticos con licencia y el Ayuntamiento quiere que en 2029 no haya ninguno. Que ese año la figura del piso turístico desaparezca de la ciudad. Para hacerlo, echará mano de la regulación aprobada por la Generalitat al respecto, que deja en manos de los ayuntamientos mantener o no sus pisos turísticos, pero obliga a esperar cinco años para tomar esa decisión.
Según esa regulación, en 2028 los consistorios que lo deseen, y que cambien su planeamiento para concretarlo, podrán arrebatar las licencias de piso turístico vigentes en su municipio, que hasta ahora eran perpetuas.
Uso residencial
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha comparecido este viernes para anunciar que la capital catalana tiene intención de aprovechar al máximo esa regulación, y que en cuanto pueda procederá a anular las 10.000 licencias para que esos pisos pasen al mercado de venta o alquiler, y regresen del uso turístico al residencia, “que nunca debieron abandonar”.