A la ingeniera Tamara Fernández Fernández, condecorada ayer con la Cruz de Oficial del Mérito Civil, la Reina Letizia la identificó inmediatamente como asturiana. La joven emprendedora, de 41 años, fundadora y socia de la empresa IngeniaCity, eligió para la ocasión un elegante traje blanco y, al cuello, la Cruz de la Victoria que lleva su padre, minero de La Camocha ya prejubilado. Se la tomó prestada para hacerle partícipe de ese modo en un acto tan solemne. «En los saludos, la Reina se fijo en ella enseguida y me dijo: ‘Bonita cruz’», contaba luego Tamara Fernández, miembro de una familia en la que se hace evidente la transformación industrial, económica y social de la región en apenas un par de generaciones.

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