Tras terminar la ronda de contactos con los grupos parlamentarios para explorar una eventual investidura, el presidente del Parlament catalán, Josep Rull, ha viajado a Bélgica este jueves para reunirse con el expresident Carles Puigdemont. En el encuentro, que ha tenido lugar en la residencia de Puigdemont en Waterloo, el líder de Junts habría manifestado su «voluntad» de someterse a la investidura «a lo largo» de los próximos dos meses. Es decir, antes del 26 de agosto.
Así lo ha afirmado Rull en unas declaraciones posteriores desde la delegación de Cataluña en la Unión Europea, un día después de anunciar que la cuenta atrás hacia nuevas elecciones se activará el próximo miércoles 26 de junio con un acto equivalente a una investidura fallida. Concretamente, se hará con la firma de una resolución y un pleno para escenificar la ausencia de candidato.
Sin embargo, el presidente de la Cámara se ha mostrado convencido de que podrá celebrarse un debate antes de que expire el plazo de los dos meses para llegar a un acuerdo y ha manifestado que tanto Puigdemont como el líder del PSC, Salvador Illa, tiene posibilidades de lograrlo.
La réplica a Illa
Así lo ha afirmado Rull al ser preguntado por las críticas de Illa contra su formación y contra él mismo por continuar alimentando una eventual investidura de Puigdemont, que necesitaría de la abstención del PSC. Illa no solo ha asegurado que el líder de Junts no tiene «ninguna posibilidad», sino que directamente ha afirmado que su pretención no se corresponde «con la realidad».
Rull ha querido adoptar un tono más institucional, asegurando que su cargo le obliga a ser «respetuoso con todas las opciones», y ha zanjado el debate asegurando que los dos dirigentes «han expresado la voluntad de explorar y construir mayorías y someterse al debate de investidura». Unas declaraciones que equiparan de nuevo las posibilidades de ambos.
El regreso de Puigdemont
Por otro lado, Rull ha augurado que el líder de Junts podrá regresar a Cataluña para asistir a un eventual pleno de investidura sin ser detenido, en virtud de la ley de amnistía, una norma que ha calificado de «sólida». «No me puedo imaginar una detención. Sería difícil de entender que Puigdemont no pudiera venir al debate de investidura como ciudadano libre», ha rematado.
Después de reunirse con Puigdemont, Rull tiene previsto volar hasta Ginebra para entrevistarse con el diputado Ruben Wagesberg, así como con otros líderes independentistas que se encuentran en esta ciudad suiza como la republicana Marta Rovira o el dirigente de Òmnium Olaguer Serra, entre otros investigados por el caso del Tsunami Democràtic como Josep Campmajó o Jesús Rodríguez. El domingo también se ha citado con el parlamentario de Junts Lluís Puig en Prats de Molló (Francia).
Un viaje en el que también aprovechará para defender, como ya hizo durante la toma de posesión, que seguirá permitiendo el voto a distancia de Puigdemont, Puig y Wagesberg, a pesar de la resolución contraria del Tribunal Constitucional. Rull se ha mostrado convencido de que su situación judicial se resolverá de manera «muy rápida» y que pronto podrán ejercer como parlamentarios en Catalunya, pero ante «las dudas» ha querido reafirmar su «compromiso» de «mantenerles» el voto.