Las caras largas, el descontento en la grada, la falta de puntería… La eliminación de Serbia parecía casi confirmada en los últimos instantes del partido ante Eslovenia, que se había adelantado por medio de un gol de Karnicnik, pero cuando todo parecía decidido, apareció un héroe inesperado, de nombre Luka Jovic, para salvar las esperanzas de los suyos de estar en octavos.

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