Víctor Iglesias Arrieta dará mañana su última lección en el colegio Santo Ángel. Se jubila y con él, pondrá un paréntesis a una trayectoria vital vinculada a los salesianos. Primero como alumno en Llaranes y después en el centro avilesino como docente desde 1986 y de manera ininterrumpida. Ha impartido clases a cientos de alumnos desde la extinta EGB y su jubilación se presume activa, dado la gran actividad que ha ejercido durante sus últimos 38 años, desde aquellos tiempos de tiza y pizarra y de chándal, porque también ha sido profesor de Educación Física y deportista. Su actividad trasciende las aulas y su inquietud por echar una mano a los demás sigue intacta, es voluntario de Cáritas «desde hace catorce años» en el centro penitenciario de Asturias y juega a pádel. Antes fue futbolista, militó en Tercera división con el Titánico de Laviana y ayudó a fundar un club en 1992, que se convertiría en el Bosco. «Lo que más voy a echar de menos son los abrazos a los alumnos», comenta emocionado. Iglesias Arrieta tuvo la oportunidad de jubilarse en diciembre del pasado año, sin embargo no lo hizo. No quería dejar a medias su último año en las aulas. Prefirió agotar el curso y acabar como todos los años, con la última semana de trámites burocráticos con la administración a dejar esa labor a sus compañeros.

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