El mismo grupo de activistas ecologistas que el año pasado protagonizó una oleada sin precedentes de protestas en los museos y derramó comida sobre cuadros de Monet y Van Gogh, entre otros, ha realizado este miércoles una nueva acción. En esta ocasión, los activistas han rociado pintura naranja sobre el monumento monolítico de Stonehenge en Reino Unido. «Exigimos un tratado legalmente vinculante para eliminar gradualmente los combustibles fósiles para 2030», ha comentado el grupo en un post compartido en redes sociales. 

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