Los conductores de vehículos siempre han tenido su propio lenguaje, ya sea cuando van conduciendo, con gestos físicos, con pitidos del claxon o, incluso, en los últimos años han proliferado algunos códigos de comunicación en la carretera con detalles que van en el propio vehículo. Los hay que pitan para evitar un cambio de carril, los hay que activan las luces de emergencia para hacer ver a los conductores que llegan por detrás de que se avecina un atasco y hay que detener el coche, y los hay que, ahora, dejan una botella en el techo.

Pero, ¿por qué lo hacen? Y no, a pesar de lo que algunos piensen, no se debe a que el conductor o el propietario del coche se le haya olvidado, sino que tiene un motivo de ser, al igual que la pegatina del burro o el patito de goma, que también se han puesto de moda recientemente.

No obstante, hay que tener cuidado con lo que colocamos en la carrocería del coche, porque puede acarrear una multa. Por ejemplo, en el caso de los adhesivos en las matrículas, si estos son reflectantes o cegadores, pueden suponer hasta una multa de 200 euros, según la normativa de la Dirección General de Tráfico.



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