La relación entre Beatriz Calzada y Carolina Darias empezó bien, con la cesión de una parcela para celebrar los carnavales en suelo portuario, pero el buen rollo Puerto-Ciudad ha saltado por los aires esta semana, con un duro cruce de cartas institucionales, comunicados y reproches que quiebran el consenso alcanzado entre la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en la última década.
El calendario de actuaciones para hacer realidad el corredor verde del istmo y, sobre todo, la conveniencia de decidir los equipamientos públicos que irán en el futuro parque son las causas del desencuentro entre ambas administraciones.
El Ayuntamiento, a grandes rasgos, quiere reordenar la entrada sur al Puerto, de tal manera que la trasera del Santa Catalina se una al nuevo pulmón verde y genere una gran explanada polivalente que sirva, entre otros usos, para celebrar grandes eventos como los carnavales. La Autoridad Portuaria rechaza esa infraestructura por seguridad, con una actividad económica e industrial que motivan la incompatibilidad del recinto con la celebración de ese tipo de fiestas.
Combinar la trasera del Santa Catalina con las ramblas de los antiguos mogollones, la plaza del Intercambiador, la rotonda de acceso al Puerto y el nuevo parque es el acuerdo al que llegaron en el mandato anterior Augusto Hidalgo y Luis Ibarra, ambos del PSOE, quienes presentaron las infografías del proyecto de manera conjunta en un acto público.
Gran Marina
El consenso Puerto-Ciudad, sin embargo, se remonta otros dos mandatos atrás, con Juan José Cardona de alcalde e Ibarra de presidente de la Autoridad Portuaria. El dirigente popular, tras el fracaso de la Gran Marina impulsada por su colega de partido Pepa Luzardo, sentó las bases con el socialista Ibarra de las principales actuaciones acometidas en su mandato y en los otros dos de Hidalgo: el acuario Poema del Mar, la reordenación del frente marítimo en la trasera del Santa Catalina, la pasarela Onda Atlántica o la terminal de cruceros y el centro de grandes yates son algunas de esas actuaciones, todas terminadas excepto las dos últimas, que se encuentran en fase de ejecución junto a la reforma del centro comercial El Muelle.
La ordenación del suelo del puerto mediante un plan especial con los usos permitidos en cada espacio, incluido el atraque de plataformas y buques perforadores para su reparación, ha sido esencial para implementar esas infraestructuras y levantar el proyecto Puerto-Ciudad sobre las cenizas de la Gran Marina, aquel primer intento de 2004 de urbanizar el istmo que se chocó con la crisis financiera y varias resoluciones contrarias al concurso de ideas convocado.
De esa época es también la negativa de Luzardo a permitir la ampliación del Reina Sofía, pues se enfrentó como alcaldesa al ministro Álvarez Cascos, también del PP, para preservar las vista desde la ciudad sobre el alargue del Puerto. El tramo de muelle cuestionado se hizo finalmente más pequeño, aunque la Autoridad Portuaria ha vuelto retomar el proyecto para incrementar el dique hacia el sur de la bahía.
Enfrentamiento
Tras Luzardo y la transición de Jerónimo Saavedra con la iniciativa Proa 2020, la colaboración entre ambas instituciones ha sido habitual, como acredita el proyecto Puerto-Ciudad, con más de una década de tramitación que encalla ahora con el enfrentamiento de Darias y Calzada.
La socialista, molesta con unas infografías de la Autoridad Portuaria de Las Palmas sobre el futuro parque urbano presentadas en la reciente Feria del Mar, ha lanzado un comunicado en el que acusa a la nacionalista Calzada de romper el consenso de sus predecesores, al tiempo que amaga con frenar el traslado de las naves de ayuda humanitaria hasta llegar a un acuerdo sobre el contenido de la intervención conjunta prevista en el istmo.
El traslado de las naves al interior del Puerto de Las Palmas, que está pendiente de licitación municipal, es fundamental para liberar el espacio sobre el que se quiere construir el parque. De ahí la respuesta de Calzada, que rechaza las «amenazas» y recuerda al Ayuntamiento que está en juego la continuidad del Programa Mundial de Alimentos, un plan de ayuda a África ejecutado por Naciones Unidas (ONU) desde esas naves. La presidenta, además, se muestra dispuesta a correr con el gasto si Darias «se baja del carro», con la finalidad de no generar más retrasos y hacer realidad el espacio verde este mandato.
Relación epistolar
Antes del cruce de comunicados y declaraciones, Darias envió una carta a Calzada. La misiva es del 28 de mayo, y la alcaldesa pide una reunión a nivel estatal para tratar el aumento de los vertidos de fuel en la bahía, mostrando su preocupación porque estos incidentes afecten a la desaladora de Piedra Santa y, por tanto, al abastecimiento del municipio.
El Ayuntamiento, en el comunicado de esta semana sobre el parque y las naves, alude a los vertidos «incontrolados». Eso ha molestado a la Autoridad Portuaria, que celebrado estos días con Fedeport, Capitanía Marítima, Gobierno de Canarias y el propio Ayuntamiento el simulacro de un vertido en tiempo real. Es el primer ejercicio de este tipo que se hace en la capital grancanaria, con motivo, además, de la Maritime Week 2024, un foro de trabajo internacional que reúne desde el lunes a 2.500 profesionales del sector portuario en la ciudad.
Incidencias mínimas
La Autoridad Portuaria respondió este martes a la carta de la regidora. El Puerto agradece la «preocupación» por los posibles vertidos, pero aclara que las incidencias son mínimas y no hace falta ninguna reunión para abordar el asunto. En 2023 se realizaron más de 10.000 operaciones con más de dos millones de toneladas de combustibles suministradas, y solo se activó el Plan Marítimo Interior en el 0,02 % de las ocasiones.
Las incidencias, por tanto, son ocasionales, y siempre se han resuelto sin consecuencias para la capital y su costa, como acreditan los dos episodios registrados en lo que va de año.