El anuncio del consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco, para que la la casa de Vicente Aleixandre en Madrid, también conocida como la Velintonia, sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC) nos ha pillado a todos un poco por sorpresa. No tanto por la naturaleza de una decisión lógica y coherente con respecto a uno de los pocos legados tangibles que quedan de la generación del 27, sino por el momento en el que llega.

En febrero de este mismo año, la casa salía a subasta judicial. Aquello parecía un punto sin retorno para una reclamación histórica. Una situación crítica que ponía la Velintonia a disposición de cualquier comprador privado y con ello el fin al sueño para hacer ella una suerte de casa museo. Apenas un mes después, las circunstancias dieron un vuelco y ahora ese sueño está más cerca que nunca.

Una reclamación histórica a tres bandas y sin tintes políticos

Aquel edificio de tres plantas en plena distrito de Chamberí fue algo más que la morada del Nobel de literatura. Por sus habitaciones han pasado varias generaciones de poetas, desde sus compañeros del 27 hasta los Novísimos, impregnando sus paredes con el rastro de la historia y la poesía. El inmueble, que dejó de estar habitado en 1986 tras la muerte de la hermana del poeta, Concepción Aleixandre, había quedado durante todos estos años en una peligrosa tierra de nadie en la que ninguna institución pública ha querido involucrarse hasta ahora.

Un vacío institucional que llevan denunciado desde 1995 la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre (AAVA), llamando a las puertas de unos y de otros, ayuntamiento, comunidad y gobierno central, indistintamente del color político e ideológico predominante. 29 años luchando por un reconocimiento de justicia para salvar uno de los emblemas culturales más relevantes de la Edad de Plata española.

«Vicente recibía allí a poetas y amigos de tinte o tono conservador, como podían ser Gerardo Diego o Leopoldo Panero, y también a gente como Pablo Neruda o Rafael Alberti. Ideológicamente podían estar muy separados. Pero al final lo que les unía era la amistad y la poesía. Ese es el espíritu que tiene que prevalecer, lo que siempre ha defendido AAVA, evitando cualquier ideologización de los espacios, que eso es algo a lo que nuestros gobernantes nos tienen acostumbrados», señala Alejandro Sanz, presidente y portavoz de la asociación, en declaraciones para El Independiente.

Pie de foto: Reunión de poetas en Velintonia en homenaje a Eugenio Montale, 28 de abril de 1954

La política del desinterés

Sanz recalca el carácter apolítico de la reivindicación que lidera y el rechazo a cualquier tipo de instrumentalización por parte de los partidos de uno y otro lado. Actitud que le ha llevado a ganarse la enemistad y el rechazo de un buen número de dirigentes regionales y nacionales. Una lista negra con nombres, apellidos y un único color, el del desinterés institucional. Y es que, en última estancia, las acciones realmente importantes siempre terminan dependiendo de decisiones personales. Por eso, lo que no se atrevió a hacer Marta Rivera de la Cruz al frente de la consejería de Cultura de la Comunidad, lo ha acabado haciendo su sucesor Mariano de Paco, defendiendo ambos las mismas siglas del PP.

Como ocurre con la gestión de Rivera de la Cruz, desde AAVA recriminan también el comportamiento de otros representantes institucionales como Andrea Levy, titular del Área de Cultura, Turismo y Deporte en el Ayuntamiento de Madrid entre 2019 y 2023, o el de los últimos ministros de Cultura, Miquel Iceta y Ernest Urtasun. «El Ministerio de Cultura no ha querido estar en esto. No entendemos por qué y no lo justificamos, nos parece una actitud totalmente irresponsable. Representan a todos los ciudadanos y tendrían que estar por encima de cualquier ideología. Es cultura y es historia, y no debería mancillarse con los intereses políticos de nadie», se queja el director de AAVA.

De Iceta dice que nunca respondió a ninguna de sus cartas y a Urtasun le afean su incomparecencia en un momento clave para conseguir la declaración BIC. Algo que Sanz achaca al conflicto ideológico entre ayuntamiento, comunidad y Gobierno central.

Una de las habitaciones de la casa de Vicente Aleixandre. | Europa Press

La «trampa» de la declaración BIP

Ya en 2022 el Gobierno regional protegió este inmueble declarándolo Bien de Interés Patrimonial (BIP). Ese mismo año, se declaró BIC el archivo del poeta, un tesoro literario que, gracias a esta medida, no se podrá vender, disgregar o exportar, reza el comunicado oficial emitido este martes por la Comunidad de Madrid. Sin embargo, desde AAVA matizan que aquella declaración BIP, impulsada por Rivera de la Cruz, fue un paso atrás que desprotegía a la Velintonia.

«La declaración BIP defiende el edificio, pero permite que la casa se transforme, desde una clínica dental hasta la residencia de un particular. Nosotros no queremos salvar un edificio, queremos salvar lo que representa y privar a la gente de poder entrar en la casa es lo que favorecía aquella declaración como Bien de Interés Patrimonial. Por otra parte, dentro de esa declaración hay un absoluto desconocimiento de lo que esa casa fue en 1927 y lo que es a partir de 1940, cuando tuvo que ser reconstruida. Aquella declaración permitía cargarse, por ejemplo, el dormitorio, epicentro de creación de un Premio Nobel, donde Aleixandre escribió la mayor parte de su obra, pues escribía de noche en la cama, tumbado», explica Sanz.

Y es que, al contrario de lo que ha sido hasta ahora para la Comunidad de Madrid, para la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre «la casa no es un continente sino un contenido en sí».

Casa del poeta Vicente Aleixandre
Casa del poeta Vicente Aleixandre | Google Maps

La reunión que lo cambió todo

De dar prácticamente por perdido todo en febrero a cumplir el objetivo que se propusieron hace 29 años han pasado apenas cuatro meses. Desde la asociación se hizo una importante campaña disuasoria para evitar que nadie pujara. Ya sea por eso, o porque las pretensiones de los herederos eran demasiado altas, al final nadie compró la casa.

Sin embargo, para llegar al anuncio de este martes, hay que remontarse al pasado 26 de marzo cuando, a instancias del nuevo consejero, Mariano de Paco, reunió a Alejandro Sanz y al director de Patrimonio Cultural, Bartolomé González Jiménez para tratar este asunto. Una reunión que duró algo más de una hora en la que el portavoz de AAVA pudo detallar la historia de la Velintonia, su importancia cultural, las razones por las que era necesario salvarla. Aquella reunión terminó con la promesa de quedar para realizar una visita a la casa.

Hasta ese momento, el único que se había presentado en la Velintonia había sido el ministro Uribes, quien hasta el momento había sido el único representante político interesado en encontrar una solución para salvar la casa de Vicente Aleixandre. La visita del consejero se produjo el pasado 3 de mayo, a la que acudieron también el director general de Patrimonio Cultural y el jefe de gabinete de Mariano de Paco.

Entrada de Velintonia en la calle Vicente Aleixandre
Entrada de Velintonia en la calle Vicente Aleixandre | R.O.

«Volvimos a explicar todo, les enseñamos la casa, las tres plantas. Les contamos cómo, por ejemplo, la cocina actual era el antiguo salón y como está totalmente desprotegida. Ese antiguo salón era donde Vicente Aleixandre había recibido a Federico García Lorca, a Miguel Hernández, a Luis Cernuda y donde Lorca tocaba el piano o leía sus poemas. Les avisamos de lo grave que podría ser construirla en una residencia particular. Si se permitiera la destrucción de la cocina porque no consta que antes había sido un salón, evidentemente sería un grave perjuicio contra el patrimonio», asegura Sanz.

Un anuncio que da esperanza, con la vista puesta en 2027

Esperanza es la palabra que más se repite entre los que llevan luchando tanto por un anuncio como el que ha hecho público la Comunidad de Madrid este martes. Pues no solo ha servido para declarar la Velintonia Bien de Interés Cultural, sino que también ha hecho firme su promesa de adquirir el inmueble y «convertirlo en un centro de referencia de la literatura y el arte al servicio de los madrileños».

«He tenido oportunidad de hablar con él y está muy entusiasmado en que este proyecto salga adelante y que en el 2027 podamos celebrar con todos los honores el centenario de la generación del 27», ha revelado a este medio el director de AAVA. «Me consta también que ya han iniciado conversaciones de negociación con los herederos» ha añadido.

Un cartel en el que se lee: `Salvemos la casa de Aleixandre, salvemos la casa de la poesía´, durante una manifestación por la protección y salvaguarda de la casa del poeta Vicente Aleixandre, convocada en 2021. | A. Pérez Meca / Europa Press

Normalmente estamos acostumbrados a que este tipo de reivindicaciones, enquistadas durante tanto tiempo en el entramado burocrático de administraciones torpes y sin un aparente rédito político se prolonguen hasta que todo está prácticamente perdido. Sin embargo, aunque sean pocas, hay veces en las que termina por vencer el sentido común. En este caso, así ha sido, pero no hay que olvidar el incansable empeño de un grupo de personas que vieron en esta una causa justa y pelearon durante cerca de tres décadas por unos frutos que por fin parecen haber llegado.

«Somos muy tenaces y persistentes, llevamos 29 años en la lucha, y seguiríamos otros 29 si fuera necesario para salvar esa casa. Porque entendemos perfectamente que la casa pertenece materialmente a sus herederos, pero histórica y emocionalmente nos pertenece a todos, por mucho que eso hoy en día sea difícil explicar. Gana quien resiste, esto es como en los partido de Nadal, no hay que darse por vencido hasta el último momento. Y eso es lo que hemos hecho y haremos siempre» sentencia Sanz.

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