El sufrimiento se tomó Portugal en su debut en la Eurocopa 2024, igual que la lluvia se tomó Leipzig en el estreno de las ‘Quinas’. Remontando con el 2-1, abonándose a la épica y al agónico tanto de Francisco Conceição, los de Roberto Martínez celebraron un triunfo ante República Checa, de poco trabajo ofensivo pero excesivas precauciones en su zaga, y que alcanzó a creer con el tanto de Lukas Provod.
Los checos eran el primer juez de las aspiraciones portuguesas por la segunda Euro de su historia. De la primera, alzada en 2016, aún sobreviven dos suplentes -Rui Patrício y Danilo Pereira- y dos titulares -Cristiano Ronaldo y Pepe-. Estos dos últimos, de hecho, siguen en pie con récords. El central es el más veterano en jugar una Eurocopa (41 años y 113 días), y el capitán es el primero en disputar seis Eurocopas como jugador.
Lo hizo siendo el ariete referencia en el novedoso sistema de Martínez, que plantó defensa de tres con Nuno Mendes incrustado en la zaga y Joao Cancelo escorado al carril zurdo. El azulgrana, de hecho, se animaba a colarse como interior, dejando a Rafa Leao toda la banda libre. Bruno Fernandes y Bernardo Silva se encargaron de la creación, tratando de hallar el resquicio posible en la granítica zaga checa levantada por el técnico Ivan Hasek.
Pero no había llave para abrir tal portón. Lo intentaron con algún centro cruzado, pero rápidamente eran repelidos por Coufal, Soucek y compañía. También intervino Krejci, el fichaje de Champions del Girona. Aunque ninguno paró el gran pase de Bruno buscando a Cristiano. Tuvo que intervenir entonces el portero Stanek, salvando en última instancia el mano a mano al 33′.
No caían los goles. Sí los litros de aguas que bañaron el RB Arena. Y en ceros se fueron a vestuarios, unos por resistencia, otros por impotencia. Pero el plan checo no cambiaba para la segunda etapa, resistiendo la tormenta -literal y metafórica-. Allí iba Portugal a seguir picando una piedra difícil de perforar.
Una llegada, un gol
Se quedaban estériles los intentos interiores de la creatividad portuguesa. Acudieron entonces a la pegada de Cristiano, que tuvo un tiro libre de los que pediría chutar por su perfil y cercanía. Otra vez apareció Stanek, conteniendo la esperanza de los suyos. Vaya si valió minutos más tarde.
Más de una hora tenía Portugal de prueba-error. Y solo segundos le tomó a República Checa, en su primer disparo a portería, salir a celebrar. Fue obra de Lukas Provod, que recibió de Coufal y, con un derechazo, la mandó a guardar. La eterna paradoja de no hacerlos y verlos hacer.
Pero no hay mal que dure cien años ni defensa que aguante 90′ sin salir de su campo. Tanto que se hicieron daño a sí mismos apenas diez minutos después de marcar. Un centro cruzado provocó el fallo de Stanek, rebotando la pelota en Hranac, su defensor central, que la metió en propia puerta.
A Portugal le quedaban 20′ para encontrar el camino a la victoria. Metió mano Roberto Martínez, dando entrada al que sería su salvador. De apellido legendario en su tierra, Francisco Conceição llegó donde nadie lo esperaba. Centro por banda, otro fallo de Hranac y pelota muerta para su definición agónica. 2-1 y a celebrar tres puntos que se sufrieron más de lo debido.