Ante la oposición de Meloni al aborto en el G-7, surgieron tensiones entre Italia y Francia. Bien por Meloni: el aborto es un atentado contra la vida y la sociedad, un pecado gravísimo contra la Ley de Dios, la cual se expresa en Diez Mandamientos. Ninguno de estos podrá ser borrado, y obligan a todos. Cristo lo dijo claro: “ No he venido a destruir la Ley ni los Profetas….” “ Los Cielos y la Tierra pasarán pero mis palabras no pasarán jamás”. Inscritos en el corazón de todo hombre, nos sobresaltamos cuando los vemos conculcados, salvo si los culpables somos nosotros: “en una alforja al hombro/ llevo los vicios/: los ajenos delante, /detrás los míos…”, según la fábula. ¿ Quién se queda igual si ve que le roban? ( Séptimo: “no robarás”) o si le dañan ( Quinto: “no matarás”),  ¿si ve abusos contra la castidad, o si su cónyuge no respeta el compromiso? (Sexto y Noveno se refieren al deber de respetar el propio cuerpo y el ajeno, y el pecado puede ser de obra, de pensamiento o de deseo),    ¿si le mienten, calumnian o difaman (Octavo: “No dirás falso testimonio ni mentirás”), o si le hacen mal por envidia (Décimo:  “ no desearás los bienes ajenos”)?  El Cuarto hace referencia al honor que debemos a nuestros padres, y se cita inmediatamente después de nuestros deberes con Dios, nuestro Creador y Señor : “Amarás a Dios sobre todas las cosas”, respetar su nombre, santificar las fiestas. Rebelarse contra los mandatos divinos, ¿ creemos que sale gratis?: “Dios es paciente y Misericordioso, lento a la ira y rico en piedad”;  pero los hay recalcitrantes y no reparan qne que la Justicia es, también,  un atributo divino. En las Sagradas Escrituras, se habla de “ el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios” ( Romanos 2:5). Mi abuela repetía que “ a  Dios no se le oculta nada”. De niña, me impresionaba un responso: “ (…) Lacrimosa dies illa,/qua resurget ex favilla/ iudicandus homo reus(…)”. Será de lagrimas aquel día,/en que del polvo resurja/ el hombre culpable,/ para ser juzgado”.

Josefa Romo Garlito

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