En el vasto panorama de los virus que amenazan nuestra salud, uno de los actores más sigilosos y peligrosos es el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). Aunque su nombre pueda parecer un tanto abstracto para muchos, su impacto en la salud, especialmente en los más vulnerables, es muy real y significativo. Al igual que con otras enfermedades respiratorias, las medidas de prevención son fundamentales para evitar su propagación. Sin embargo, en el caso de VRS la vacunación es la mejor estrategia preventiva, aunque en la actualidad todavía no se ha incluido esta vacuna de manera generalizada en los calendarios de inmunización.

El Virus Respiratorio Sincitial, abreviado como VRS, es un virus que afecta principalmente al sistema respiratorio. Pertenece a la familia de los Paramyxoviridae y es la causa más común de infecciones respiratorias bajas en bebés y niños pequeños. Sin embargo, también puede afectar a adultos, especialmente a aquellos con sistemas inmunológicos debilitados o afecciones respiratorias crónicas.

El VRS es un virus que circula durante todo el año, pero es más frecuente en los meses de otoño e invierno. Esto coincide con la temporada de gripe y otras enfermedades respiratorias. La prevalencia del VRS es alta en todo el mundo y afecta a personas de todas las edades, aunque los bebés prematuros y los niños menores de 2 años, así como los adultos mayores y las personas con afecciones médicas subyacentes, corren un mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves debido a esta infección.


Síntomas del VRS

Los síntomas del VRS son similares a los de un resfriado común, pero pueden ser más graves en ciertos grupos de personas. Los síntomas pueden incluir congestión nasal y tos, junto a dificultad para respirar. También puede provocar fiebre y dar lugar a sibilancias y aceleración respiratoria. Fuera del sistema respiratorio, también es habitual encontrar falta de apetito e irritabilidad.

En bebés prematuros o en niños con sistemas inmunológicos debilitados, el VRS puede causar infecciones respiratorias graves como bronquiolitis (inflamación de los bronquiolos) y neumonía, que pueden requerir hospitalización.

Riesgos asociados y complicaciones

Aunque la mayoría de las infecciones por VRS son leves y autolimitadas, en ciertos grupos de personas pueden surgir complicaciones graves. Los bebés prematuros, los niños pequeños y los adultos mayores tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones respiratorias graves, como neumonía o bronquiolitis, que pueden requerir hospitalización e incluso cuidados intensivos. Además, las personas con sistemas inmunológicos debilitados o enfermedades crónicas subyacentes, como enfermedades cardíacas o pulmonares, también corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves debido al VRS.

Virus invernales cómo protegerse


Una prueba palpable del riesgo que tiene este virus para las poblaciones vulnerables es que cada año se producen más de 158.000 hospitalizaciones asociadas a este virus VRS entre los adultos de la Unión Europea, el 92 por ciento de las cuales ocurren en personas de 65 años o más. Además, su tasa de mortalidad es comparable a la de la gripe.

De este modo, las infecciones causadas por el Virus Respiratorio Sincitial en individuos adultos constituyen un desafío significativo para la salud pública, ejerciendo un impacto considerable en la incidencia de enfermedades, la tasa de mortalidad y la demanda de atención médica. Esto se traduce en un mayor riesgo de padecer afecciones graves asociadas con el virus en personas de edad avanzada, aquellos con condiciones médicas crónicas, sistemas inmunológicos debilitados y expuestos a riesgos laborales.

Protegerse del VRS

Existen medidas que podemos tomar para reducir el riesgo de contraer el VRS y, además, transmitirlo a otras personas vulnerables. Lavarse de manera frecuente las manos con agua y jabón es una manera eficaz de protegerse, así como limpiar y desinfectar superficies y objetos que se tocan con frecuencia. Para evitar su propagación en caso de contraerlo, hay que evitar el contacto cercano con personas enfermas, especialmente los bebés y los niños pequeños; cubrirse la boca y la nariz  al toser o estornudar; y quedarse en casa cuando se está enfermo para evitar propagar la infección a otras personas.

Sin embargo, la vacunación sigue siendo la principal herramienta en la lucha contra el VRS, como acaba de demostrar el proyecto de investigación “Caracterización clínica y microbiológica de la infección por virus respiratorio sincitial (VRS)”, que ha sido premiado con el reconocimiento al segundo mejor póster en el XXIX congreso de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid).

La importancia de la vacunación

Este estudio, dirigido por el doctor Felipe Villar, jefe asociado del Servicio de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz e investigador de su Instituto de Investigación Sanitaria (IIS-FJD), concluye que “la vacunación contra el VRS constituye un pilar fundamental de la estrategia preventiva de esta infección”. Actualmente, en España existen dos vacunas contra el VRS “con una alta eficacia y seguridad para combatir la infección por este virus en mayores de 60 años”, y su utilización “reduce eficazmente el riesgo de enfermedad, disminuye su gravedad y protege a las poblaciones vulnerables”, insiste el especialista.

Sin embargo, la vacunación contra el VRS está todavía pendiente de que las autoridades sanitarias la incluyan en el calendario de vacunación de las personas adultas. “Es necesario que las autoridades sanitarias, los profesionales de la salud y las personas mayores de 60 años con enfermedades respiratorias crónicas consideren la vacunación contra el VRS como parte de su estilo de vida saludable y de su calendario ideal de vacunación”, explica el doctor Villar.

La gravedad del VRS en los adultos

Los datos del estudio de la Fundación Jiménez Díaz, realizado sobre pacientes mayores de 18 años diagnosticados con infección por el VRS desde 2016 hasta junio de 2023, dan clara muestra de esta patología en personas adultas. De los 2.788 pacientes evaluados, 402 dieron positivo por VRS, revelando un panorama preocupante. La investigación encontró que la mayoría de los pacientes afectados tenían una edad promedio de 72,8 años y una mayoría de ellos eran mujeres, representando el 60,9% del total.

Además, el estudio identificó una serie de factores de riesgo comunes entre los pacientes, incluyendo enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, así como comorbilidades respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el asma. Estos hallazgos resaltan la vulnerabilidad de ciertos grupos de pacientes ante la infección por VRS.

La mayoría de los pacientes recogidos en el estudio estaban hospitalizados, siendo la bronquitis aguda la causa principal, seguida de cerca por la infección de la vía aérea superior y la agudización de la EPOC. Además, una proporción significativa de pacientes requirió ingreso en unidades de cuidados intensivos o intermedios respiratorios, lo que subraya la gravedad de la enfermedad en algunos casos. Las tasas de mortalidad fueron preocupantes, con un 5,3% de los pacientes falleciendo durante la primera hospitalización y un 14,5% en el caso de reingresos.

El estudio también encontró casos de coinfección viral y bacteriana y tasas de reingreso por VRS altas. Estos resultados subrayan la importancia de comprender y abordar adecuadamente la infección por VRS en adultos, especialmente en aquellos con factores de riesgo subyacentes.

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