Dos años y siete meses después, la víctima de la salvaje violación y agresión en noviembre de 2021 a una adolescente en la localidad barcelonesa de Igualada sigue acusando graves secuelas psíquicas: amnesia sobre lo sucedido, ansiedad, pesadillas, tristeza, estado de ánimo depresivo y lloro continuado, entre otros síntomas de estrés postraumático. Así lo indica el último informe de la Oficina de Atención a la Víctima al que ha tenido acceso El Periódico de Catalunya, del mismo grupo editorial que este diario, y que el tribunal, a petición de la fiscalía, ha valorado para decidir que la joven no declare en el juicio y se tenga en cuenta como prueba preconstituida su exploración judicial de abril de 2022, cuando todavía era menor, y en la que dijo no recordar los hechos debido al estado de inconsciencia en el que se sumió tras la agresión. Esta medida no es habitual en los casos en que la afectada ya es mayor de edad, según fuentes judiciales. El fiscal es taxativo sobre el acusado por este ataque: “Actuó con absoluto deprecio a su condición de mujer”.

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