El sector de las infraestructuras ha registrado una caída de la inversión pública del 64,8% entre 2009, año con mayor desembolso estatal, en el que se registraron 33.680 millones de euros, y 2022, cuando se destinaron a este fin solamente 11.863 millones, según datos recopilados en el informe ‘El sector de la construcción en España: el impacto económico de la obra civil (2022)’ realizado por PwC a petición de Seopan, la patronal que aglutina a las empresas constructoras y concesionarias de infraestructuras.
Según el estudio, si el actual ritmo inversor persiste hasta 2030, «casi la mitad de las infraestructuras públicas de España superarán los veinte años de antigüedad«, afectando principalmente a las hidráulicas, portuarias y viarias, que son las más envejecidas. «El perfil inversor del sector público en España ha sido procíclico, lo que ha llevado a una reducción de la inversión durante las recesiones y subidas durante las épocas de expansión», reflexiona el citado informe.
Desde 2012 el stock de capital público invertido en este sector ha sufrido un retroceso del 2,5%, hasta situarse en los 454.300 millones de euros, tras multiplicarse por dos entre 1995 y 2012. «Desde 2009, la inversión pública no se ha recuperado, dejando muchas infraestructuras sin el mantenimiento adecuado, de tal forma que la inversión bruta no ha cubierto la depreciación del capital acumulado», destaca PwC.