Hay una palabra que resuena como un mantra en el campamento base de la selección española en Donaueschingen: Humildad. Hay que ser humildes como lo es la H, letra de la que soy tan hincha que les contaré que es la única que ilustra mi piel. Se tiene a la hache por una letra insulsa que no genera expectativas, una letra prescindible que en realidad es enormemente útil y solidaria pese a su discreción. Sin ella no podríamos diferenciar una ola de un hola, ni el búho disfrutaría del hiato que le permite acentuar esa u que ulula en medio de la noche.

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