España retrocede cuatro puestos en la 36.ª edición del índice de competitividad que elabora anualmente la escuela de negocios suiza Institute for Management Development (IMD). El país se sitúa en el puesto 40 de una clasificación que analiza 67 naciones. El retroceso en este ránking se debe a la peor puntuación obtenida en dos de los cuatro grandes factores analizados: la eficiencia del sector público y la eficiencia empresarial. En concreto, en este último apartado, la competitividad española retrocede un punto motivada por una caída de cinco puntos en «productividad y eficiencia» y en «mercado laboral», que mide la facilidad de las empresas para acceder a los profesionales con la cualificación requerida, así como el coste de la mano de obra.

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