Un paseo por los campos de arroz de l’Albufera de Valencia puede regalar una sorpresa entre la fauna del entorno, al encontrarse frente a frente con una especie poco habitual en las aguas del humedal valenciano: un caimán. Tras el susto inicial, y fijando la atención, el caminante podrá comprobar que no se trata de un cocodrilo real, sino que es una especie «hinchable» atada a un poste; como un espantapájaros en formato horizontal. No es una mera casualidad.
El fenómeno se repite en varias localizaciones del paraje natural; en arrozales de Sueca y Cullera, informa el diario Levante-EMV. Hay hasta cuatro especímenes repartidos por los arrozales. Forma parte de una estrategia piloto de los agricultores y arroceros valencianos para repeler a los flamencos (Phoenicopterus roseus) y otras aves con el objetivo de evitar los destrozos en sus plantaciones que, en la campaña del arroz del 2021, cuando su presencia no fue tan masiva como el pasado año, provocaron unas pérdidas de 400.000 euros.
«Los expertos aseguran que los flamencos y otras especies tienen miedo de los cocodrilos -explica Fernando Durán, miembro de la ejecutiva de la Unió Llauradora-. Por eso, los productores han comprado estos hinchables que emulan un caimán para repelerlos». Aunque no pueden demostrar su efectividad, Durán explica que ya hubo algunos arroceros que los usaron en la pasada campaña y que, casualmente, sus campos no se vieron afectados por la invasión de flamencos.
«No sabemos si fue casualidad o si la presencia de estos «cocodrilos» fue, realmente, efectiva», afirma. Lo sea o no la estrategia no es, relativamente, costosa. El precio de un hinchable similar ronda entre los 10 y los 15 euros en las tiendas de la zona o en cualquier plataforma de comercio en Internet.
Momento «crítico» para el arroz
Los cultivos del arroz se encuentran en un «momento crítico» porque hace tan solo 10 días de la siembra. «El arroz está punteando sobre el agua y comienza a aparecer el color verde tan atractivo para las aves», explica el agricultor. Fue entonces, cuando el año pasado, más de 13.000 ejemplares poblaban el racó de l’Olla de l’Albufera y, aunque a diferencia del pato que sí se come la semilla del arroz no atacan la raíz del cultivo, sí que entraban a los campos «a jugar y lo fanguearon todo» porque pisotean los cultivos.
«No pudimos hacer nada para evitarlo -relata Durán-. Entraron y lo destrozaron todo. Intentamos replantar luego, pero no conseguimos cosechar nada». Algunos ni siquiera lo intentaron y renunciaron, por completo, a la campaña.
Casi 30.000 flamencos inundan l’Albufera de València
En la actualidad, no hay flamencos en el parque natural; la última gran presencia de esta especia se registró durante el pasado mes de diciembre, cuando casi 30.000 ejemplares anidaron en el humedal, convirtiéndose en un gran atractivo visual y fotográfico para miles de personas. El fenómeno provocó, incluso, problemas de circulación en las carreteras de entrada y salida del Palmar. A pesar de su ausencia, desde la Unió Llauradora se muestran cautelosos.
En este sentido, en mayo del 2023, los agricultores solicitaron ayudas al Consell para paliar los efectos nocivos de la presencia de estas aves en l’Albufera. Al coincidir con la campaña electoral de las autonómicas, se encontraron con que el gobierno del Botànic «nos dijo que no podía hacer nada en periodo electoral -lamenta Durán-, ni tampoco durante el periodo de transición» hasta la entrada del actual Consell, del que tampoco han recibido la ayuda esperada. «Cada uno por sus motivos, se excusó, pero la realidad es que no hemos recibido ninguna ayuda».