Quitar el peaje de la autopista de circunvalación de Alicante apenas paliará, previsiblemente, los atascos que se producen a diario y la siniestralidad vial en la A-70, la autovía que realiza las veces de ronda metropolitana de la capital provincial y su entorno. La medida fue anunciada hace unas semanas por el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, durante un acto de Foro Alicante en el que el represantante del Gobierno central se refirió al estado de las infraestructuras en la demarcación alicantina. La gratuidad de la AP-7 entre El Campello y Monforte del Cid se presentó como una de las grandes propuestas del Ministerio para la provincia a corto plazo.
Puente planteó la eliminación del peaje de la autopista de circunvalación como una alternativa menos costosa a la construcción de un tercer carril por sentido en la A-70, una solución que cifró en 400 millones de euros. Sin embargo, son varios los factores que hacen dudar que la medida de levantar las barreras vaya a tener una repercusión significativa sobre la congestión diaria que sufre la autovía metropolitana. El primero de ellos es el elevadísimo tráfico que soporta esta vía, que el año pasado se situó en una media de 95.304 vehículos diarios, y con picos de casi 108.000 y 105.000 en julio y agosto, según datos provisionales del propio Ministerio publicados ya por este periódico.
Reducir un volumen de tráfico tan exagerado se antoja difícil, y más aún intentando canalizar la circulación por otras vías, habida cuenta sobre todo de que se trata en muy gran medida de desplazamientos con origen o destino en el área metropolitana, o que incluso van de un punto a otro dentro de la misma aglomeración urbana, y que prácticamente no tienen más alternativa que la A-70. Según los datos del propio Ministerio, nada más seguir un poco en dirección a València, a la altura del antiguo peaje de El Campello, la intensidad viaria ya baja a 40.252 vehículos diarios, mientras que en la misma A-70 en las proximidades de Elche se registran 61.098, dato este último de 2022. Son cifras muy altas, pero sin parangón con el conflictivo tramo entre el enlace de Vistahermosa y el de Mercalicante.
En este sentido, la AP-7 lo tiene complicado para ser una alternativa a la A-70 en los desplazamientos metropolitanos, ya que la autopista discurre demasiado lejos de Alicante como para cumplir esta función y, además, apenas cuenta con accesos a la aglomeración urbana. Las únicas excpciones destacables son los enlaces de Mutxamel y San Vicente del Raspeig, que sí facilitan la conexión con estos municipios, sobre todo con su parte norte, y con otras localidades como El Campello, Xixona o Busot. Pero se da la circunstancia de que aquí no hay ninguna medida a aplicar, porque este tramo ya es gratuito desde que se abrió al tráfico la autopista a finales de 2007.
Un uso muy bajo
La autopista de circunvalación nunca ha tenido un excesivo tráfico, sino todo lo contrario, tal y como también ha publicado este periódico. El año pasado tuvo una media de 7.703 vehículos diarios, una cifra muy baja para ser una vía de gran capacidad. El tramo gratuito registra algo más de circulación, pero baja en cualquier caso: 9.645 vehículos diarios en 2022. A pesar de todo, parece que en verano cumple una notable función de cauce para el tráfico de paso, porque alcanza puntas superiores a los 11.000 vehículos al día. Además, resulta muy útil para realizar trayectos como el de Alcoy a Elche, evitando el paso por la A-70 por una tarifa de peaje que no llega a los 2 euros.
Uno de los grandes errores de partida de esta autopista fue el hacerla pasar lejos del aeropuerto de Alicante-Elche, obligando a todo el que quiera acudir a esta instalación a utilizar la A-70 y compartir un saturado espacio con el tráfico metropolitano. La AP-7 es absolutamente inviable como alternativa en este sentido. Y tampoco parece que vaya a absorber mucho tráfico pesado, en este caso porque el paso de camiones por la A-70 no es especialmente significativo: en cifras absolutas son casi 6.400 al día, pero en términos relativos solo representan un 6,7% del total. Por ello, parece poco probable que la eliminación del peaje en la circunavalación vaya a cambiar mucho las cosas. Las tarifas, además, son bajas (la más alta para turismos no llega a 4 euros), con la paradoja de que,desde 2020, en sentido norte cuesta la mitad que en sentido sur.