Se puede vivir con normalidad teniendo asma gracias a un buen control de la enfermedad, pero la curación no es posible dado que hay predisposición genética en la mayor parte de los casos. En los adultos existen los mismos desencadenantes que en los niños, sumándose el asma ocupacional.
En el caso concreto de los menores, tal y como indica la doctora Lilian Herrera Velasco, coordinadora de la Unidad de Neumología y Alergia Pediátrica del Hospital Universitari General de Catalunya de Barcelona, los casos de asma infantil han aumentado en los últimos años ante una mayor incidencia de virus y otros factores desencadenantes.
“El asma puede deberse varios factores, los cambios ambientales y climáticos, y a la contaminación», aclara esta experta. «En el hogar, inciden el tabaquismo y la exposición a alérgenos como mascotas. Los ácaros también influyen en su desarrollo. Asimismo, en los niños mayores la vida sedentaria, la dieta inadecuada o la disminución de la actividad física influyen en el desarrollo de asma. Si hay más padres con la enfermedad, con los años habrá más niños genéticamente predispuestos”, advierte.
Hace cinco años entre un 5% y un 7% de la población tenía asma; ahora se habla de un 10%, aunque la incidencia depende de la zona de España donde se estudie. También de la época del año. Pero en términos generales afecta a entre tres y cuatro millones de españoles, de los cuales un 10% son niños.
Qué es el asma y cómo detectarlo
El asma es una enfermedad crónica inflamatoria y obstructiva de los bronquios que afecta a los niños en su vida diaria, provocando síntomas que interfieren en su actividad diaria, aumentando el absentismo escolar, por ejemplo. “Los niños con asma tienen problemas con el sueño y, en caso de no estar controlada, puede limitar la actividad física y deportiva de los menores”, advierte la especialista del Hospital Universitari General de Catalunya de Barcelona, adscrito al grupo Quirónsalud.
Se puede hablar de uno u otro tipo de asma según el desencadenante: en los menores de 3 años, el asma inducida por infecciones virales; y, por otro lado, en niños más mayores, el asma alérgica, y también el asma por ejercicio.
Además, otra forma de ver el asma, según subraya esta especialista, es según la gravedad: leve, moderado o grave, “teniendo en cuenta que un asma grave puede variar a leve con un buen tratamiento”.
Entre sus principales síntomas, la doctora indica que los más frecuentes son: tos persistente o prolongada, sibilancias, dificultad respiratoria, tos con el esfuerzo, o dificultad en el ejercicio. “El asma clásica o típica se puede reconocer porque presenta dificultad respiratoria y sibilancias; pero en algunos casos, especialmente en los bebés, se manifiesta por catarros de repetición, o por tos crónica que no mejora a pesar de tratamientos dados por el pediatra”, recalca.
Asma vs catarros de repetición
Además, recuerda la experta del Hospital Universitari General de Catalunya que, a partir de que un lactante presenta varias bronquitis, se considera la posibilidad de que posteriormente presente asma. También que los síntomas pueden iniciarse de forma precoz en los primeros años de vida, o en el caso de los alérgicos un poco más tarde.
¿En qué medida cuando un bebe tiene un resfriado tras otro puede ser asma? «Es una pregunta difícil. Creo que no pensaría en asma. En esto, los pediatras deben valorar los síntomas, así como la auscultación del niño, y verificar si notan los ruidos de mucosidad, o las sibilancias en los bronquios, ya que en los catarros no hay afectación bronquial”, apunta la coordinadora de la Unidad de Neumología y Alergia Pediátrica del citado centro hospitalario barcelonés.
Cómo actuar ante una crisis asmática
Sobre todo, valorar si hay dificultad para respirar, hay niños que ya tienen tratamiento indicado por su médico, tratamiento con broncodilatadores para contrarrestar la fatiga, deben usar la medicación indicada y en caso de persistir los síntomas acudir a urgencias para su valoración. Igualmente es importante la colaboración del personal del colegio para reconocer síntomas y ayudarles con su tratamiento.
Es verdad que un niño presenta más recaídas que los adultos y puede llegar a un asma grave, pero el futuro depende de la estrecha colaboración del niño, con los padres y equipo médico para que tenga un buen control. Si se trata bien en la edad pediátrica, de adulto no se tendrá un asma grave.
Así, indica que el asma más frecuente en los primeros 3 años es producido por virus, así en las guarderías los niños que ya repiten Bronquitis tienen el estímulo de nuevas infecciones que llevan a empeorar su enfermedad, por lo que si es posible es mejor no llevar a la guardería a los menores de 1 año.
Debemos mantener el domicilio limpio, evitar el ambiente de tabaco, cuidar a los niños de los cambios de temperatura bruscos llevando la ropa adecuada.
Los niños alérgicos deben evitar la exposición a alérgenos estudiados como son los ácaros, hongos, pólenes y otros.
Los más importante es otorgarle al niño la seguridad de que puede tener una vida normal e insistir que siga con su tratamiento, si el médico así lo indica la medicación debe tomarse siempre, incluso si no hay crisis. El objetivo debe ser “Nivel de inflamación cero”.
En conclusión podemos decir que teniendo asma con buen control podemos tener niños sin de síntomas. Hoy en día no se puede curar la enfermedad pero si se debe conseguir que el niño haga una vida normal, libre de crisis, sin síntomas nocturnos, sin faltar al colegio y con buena tolerancia al ejercicio.