1.100 días después del tremendo susto que protagonizó en 2020, Christian Eriksen volvió a vestirse de corto con Dinamarca en una Eurocopa. Kasper Hjulmand le dio la titularidad en el debut ante la Eslovenia de un Jan Oblak que, a los 31 años, participaba por primera vez en una Eurocopa. Marcó el primer gol del partido, que se celebró en muchos más sitios que únicamente Dinamarca, aunque acabó siendo insuficiente para sumar los tres puntos ante el combativo equipo de Matjaz Kek, que se puedo llevar el triunfo en el último tramo (1-1).
Tras unos primeros compases de respeto máximo entre ambos equipos y de no querer cometer errores que condenasen el partido antes de tiempo, el futbolista del Manchester United inclinó la balanza a favor de Dinamarca. Era el minuto 17 cuando un taconazo espectacular de Jonas Wind le habilitó dentro del área. Con la energía del que vuelve a hacer algo especial, Eriksen se coló entre la marea eslovena, durmió el balón con el pecho, y superó a Oblak con la diestra, de volea.
Sesko fue de los mejores
Así se lo reconoció un MHPArena de Stuttgart completamente lleno, conscientes de la importancia del momento. Eslovenia trató de restablecer el empate en el marcador, pero solo Benjamin Šeško pudo poner un poco el miedo en el cuerpo de Kasper Schmeichel con varios disparos lejanos. Parecía que Dinamarca quería más, pero se llegó al descanso con el merecido 0-1.
Sin embargo, el guion cambio al inicio del segundo tiempo. Para los de Hjulmand, la prioridad se había convertido en asegurar los tres puntos manteniendo la posesión de balón, arriesgando poco y gestionando bien el tiempo, aunque tuvieron opciones para el 0-2.
Højlund, Pierre-Emile Højbjerg y finalmente Morten Hjulmand trataron de hacer daño a la zaga eslovena, pero Jaka Bijol y Vanja Drkusic desactivaron cada intento de un jugador vestido de rojo.
Eso sí, mientras Oblak no sufría en exceso, Šeško estaba totalmente solo arriba y tenía que hacer la guerra por su cuenta. Cuando menos lo esperaba Eslovenia, le llegó la ocasión en bandeja de plata. Por desgracia, Bijol se quedó a escasos centímetros de conectar con su rodilla un centro lateral envenenado. Quedaba media hora y las opciones de los de Kek se iban diluyendo.
Un gol para soñar a lo grande
Oblak se propuso mantener con vida a una Eslovenia que nunca ha ganado en una Eurocopa (dos empates y una derrota en su anterior y única participación en el año 2000) con varias paradas de mérito, la más destacada, una a Højlund a bocajarro. Šeško, que no dejó de pelear ni un segundo, respondió con un espectacular latigazo que solo pudo detener la madera mientras se mordía el labio resignado.
Sin embargo, la cara le cambió por completo en la siguiente acción. El destino apremió la insistencia de Eslovenia en el minuto 77 cuando Hjulmand desvió con la cadera una volea de Erik Janža tras un saque de esquina. A contrapié, Schmeichel fue incapaz de cerrar espacio bajo palos. A partir de ese momento, Eslovenia se quitó los complejos y fue a por su primera victoria en una Eurocopa.
Primero Andraž Šporar y después el incansable Šeško, en múltiples ocasiones, pusieron a prueba los reflejos de Schmeichel. Pero la falta de acierto y el buen hacer del meta danés evitaron que el marcador cambiase antes del pitido final. Emparejados en el Grupo C, junto a Inglaterra y Serbia, ambos conjuntos tienen opciones de conseguir un billete a los octavos de final.