La pegada quirúrgica de España ante Croacia deslumbró a la Europa futbolística, que no contempla a los pupilos de Luis de la Fuente como una de las selecciones favoritas a ganar la Eurocopa. El 3-0 que indicaba el marcador al descanso en el Olímpico de Berlín hizo frotarse a más de uno los ojos y operó un curioso efecto entre la afición española.
Entre el tiqui-taca y el «ganar, ganar y ganar» de Luis
Mientras en Donausechingen los periodistas que realizan la cobertura diaria de la selección advertían con sorpresa cómo los españoles no eran tenidos en cuenta entre los candidatos a pelear por el título, en España las redacciones de los medios mostraban total indiferencia hacia el grupo de De la Fuente. Entre el síndrome de Estocolmo de los primeros y el pasotismo de los segundos ha emergido esta selección coral que arrasó en la primera parte a los de Modric de forma sorprendente. Porque el partido ante los croatas cerró una etapa: tras 136 partidos consecutivos, España perdía por primera vez la posesión en un partido (52% para el rival). Algo que no pasaba desde la Eurocopa de 2008 en Austria. El epílogo del tiqui-taca.
Esta España joven, descarada y vertical utiliza otras armas y tiene un perfil muy diferente. Un carácter más coral con jugadores que De la Fuente lleva años amasando en las categorías inferiores de la selección. «Una cuadrilla» de chavales, como definió Mikel Oyarzabal al grupo en EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, que pese a acumular todo tipo de títulos en el último lustro, no cuentan con el reconocimiento internacional ni tan siquiera con la complicidad de la hinchada española. Jugadores que se han marchado de España a hacer camino en otras ligas y otros países en los que se les tiene mucha más consideración que en nuestro país.
En las horas previas al partido ante Croacia Álvaro Morata, capitán del equipo y un jugador que ha militado en la Juventus o el Chelsea, además de ser delantero del Real Madrid y del Atlético, levantaba la voz para denunciar este ninguneo a los futbolistas de esta selección. «Entiendo que no tenemos ningún jugador que ha metido 50 ó 60 goles, pero para mí Rodri es un crack, Nacho es un crack, Carvajal es un crack... Tenemos la tendencia en España de querer a los que han salido de nuestro club y menos a los juegan en muchos clubes. Pero nuestra fuerza es el equipo y hay jugadores nuestros que sí son unos cracks».
El madrileño, que con su gol a Croacia se ha aupado al podio de goleadores de la historia de la Eurocopa con siete tantos, tras Cristiano Ronaldo (13) y Platini (9), ponía nombres y apellidos a su reflexión: «Si Rodri tuviera redes sociales e hiciera todos los anuncios posibles, ¿no sería una estrella mundial? Si Dani Olmo estuviera reconocido como está en Alemania y en España, ¿no es una estrella mundial? Lo quiere el Bayern Múnich, lo quieren equipos ingleses. Lamine Yamal… ¿No es una estrella mundial con 16 años? Nico Williams puede valer 120 millones de euros ahora tranquilamente. Al final tenemos la tendencia de mirar lo que hay fuera. De mirar los cracks que hay de otros países. Claro que los hay, pero tu mira la consideración que hay… Pregúntale a un periodista alemán qué opina de Dani Olmo, pregúntale a un periodista italiano qué opina de Fabián Ruiz, pregúntale cuántos equipos se llevarían a Mikel Merino».
«Si Fabián no se llamase Fabián…»
Sobre Fabián Ruiz, proclamado mejor jugador ante Croacia tras romper el partido con una asistencia y un gol en tres minutos, también ponía el foco el seleccionador Luis de la Fuente, que se sumaba a la reflexión de Morata: «¡Qué te voy a decir de Fabián! Es un jugador excepcional, de nivel mundial. Si no se llamase Fabián, hablarías mucho más de él. Nosotros sabemos el potencial que tiene, pero me gustaría que reconociéramos más a nuestros jugadores y pusiéramos en valor lo que han hecho. Han ganado todo desde que eran críos y tienen un recorrido enorme en sus clubes. Jugadores que están trabajando a la sombra en muchas ocasiones y deberían tener un reconocimiento mediático mayor del que tienen».
El jugador del París Saint-Germain prefería desmarcarse del debate alrededor de su persona: «Nunca he pensado si me infravaloran o no. Yo intento hacer mi trabajo en el terreno de juego. De lo que pase fuera no puedo ocuparme, así que no pierdo un segundo en ello. Intento hacer lo mejor posible para mi club y parta la selección. Es un orgullo representar a mi país en una Eurocopa y le agradezco al seleccionador que me da la oportunidad». De la Fuente ya convirtió en 2019 a Fabián en el líder de su selección Sub-21, saliendo campeón de Europa en Italia y San Marino.
Como lo fueron en 2015 Mikel Merino y Rodri en Grecia, en categoría 2019, con el de Haro en el banquillo. El centrocampista del Manchester City, del que Morata ha repetido en muchas ocasiones, que «le falta marketing. Si no estaría peleando por el Balón de Oro», prefiere mantener su perfil bajo y sigue dando la espalda a las redes sociales. «Yo no juego al fútbol para eso, es verdad que a veces Morata me dice eso, pero entiendo el fútbol en otra dirección. Lo que me llenan son los títulos colectivos», acota Rodri.
Sin marketing, sin estrellas mediáticas e infravalorados en los pronósticos esta ‘Españita’ de De la Fuente ha dado un puñetazo en la mesa en esta jornada inaugural de la Eurocopa. Una victoria solvente que, sin embargo, no desvía al grupo del objetivo final, «seguir compitiendo. No podemos dar un paso antes del siguiente. Y si lo hacemos, nos equivocaremos y acabaremos tropezando». Lo verbalizaba el segundo de De la Fuente, Pablo Amo, en conversación con este medio en Donausechingen tres días antes del torneo.