Dani Olmo, que creció y maduró en Croacia, nos advirtió antes de viajar a Berlín: «Para ellos jugar con su selección es un plus. No solo con el fútbol, también en balonmano, waterpolo… Mueren por ganar, tienen un hambre competitivo increíble». Croacia, a la que la guerra le quitó todo, tiene más ganas de ganar que nadie. El fútbol, en realidad, es un espejo en el que vemos nuestra vida pasar. Ayer, antes del partido, comí en el animado bar de mi hotel en Berlín: ‘The Social Hub». Mezcla de residencia Erasmus y convención de ‘nerds’ de Silicon Valley invadida divertidamente por un ejército de croatas. Me tomé una cerveza con algunos de ellos y con una cuadrilla de españoles. 

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