Un trío de voces coreando a Pedri y a Lamine Yamalen medio de un inmenso ajedrez de camisetas croatas: así se veía zona del aficionado ante la Puerta de Brandeburgo, a punto del estreno de España en la Eurocopa. Alguna presencia podía interpretarse como neutral, como una camiseta de Luka Modric versión madridista. «Yo a Modric le deseo todo lo mejor. Pero no hoy», dice a gritos Enrique, alicantino junto a uno de sus colegas de coro, Sebastián. El tercero es en realidad un amigo alemán, residente como los españoles en Baviera y propietario del coche compartido con que los tres se han plantado en Berlín. La pantalla gigante ante el emblemático monumento proyecta su bandera española ondeante en el minuto 28, tras el gol de Morata. Es la victoria desde la inferioridad numérica.

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