El amor de hijas e hijos puede ‘asfixiar’ a las personas mayores. Desde el amor, en la mayoría de las ocasiones, se condiciona el uso del tiempo y se limitan las actividades de padres y madres mayores. Lo que llamamos “amor filial” puede hacer daño, pero está tan interiorizado en los patrones culturales que ni siquiera se identifica como un abuso o maltrato.
“Desde ese amor filial imponemos muchas veces nuestras necesidades de cuidado de nietas/os o abusamos en otras ocasiones de los recursos económicos de nuestras madres-padres. Para nuestra comodidad, condicionamos su uso del tiempo y, para nuestra tranquilidad, decidimos las actividades que les convienen realizar sin escuchar sus deseos. Todo lo hacemos, por supuesto, desde el amor”, explica Mónica Ramos Toro, coordinadora técnica del Grupo Social UNATE, “sin embargo, se trata claramente de abuso y control porque estas conductas des empoderan y anulan la agencia a las personas mayores sobre las que se ejercen, silencia sus opiniones y genera malestares en sus vidas”.
PROBLEMA SOCIAL
Aunque hay pocos estudios al respecto, la Organización Mundial de la Salud advierte que el maltrato y los abusos a las personas mayores son “un problema importante de salud pública”. “De acuerdo con una revisión de 52 estudios realizados en 28 países de diversas regiones, realizada en 2017 y que abarcó un año, una de cada seis personas de 60 años o más, el 15,7% de este grupo de edad, sufrieron alguna forma de maltrato.
Cada vez son más los datos que indican que la prevalencia del maltrato a las personas de edad, tanto en la comunidad como en las instituciones, ha aumentado durante la pandemia de COVID-19”. La Confederación Estatal de Mayores Activos (CONFEMAC), responsable del Teléfono contra el Abuso y Maltrato a los Mayores (900 65 65 66) registró 834 casos en 2023, lo que supuso un incremento un 12% respecto al año anterior. La mayoría de los casos se refería a maltrato psicológico, económico o físico y un 78% de todos los casos denunciados se produjo en el entorno familiar.