El amor de hijas e hijos puede ‘asfixiar’ a las personas mayores. Desde el amor, en la mayoría de las ocasiones, se condiciona el uso del tiempo y se limitan las actividades de padres y madres mayores. Lo que llamamos “amor filial” puede hacer daño, pero está tan interiorizado en los patrones culturales que ni siquiera se identifica como un abuso o maltrato.

“Desde ese amor filial imponemos muchas veces nuestras necesidades de cuidado de nietas/os o abusamos en otras ocasiones de los recursos económicos de nuestras madres-padres. Para nuestra comodidad, condicionamos su uso del tiempo y, para nuestra tranquilidad, decidimos las actividades que les convienen realizar sin escuchar sus deseos. Todo lo hacemos, por supuesto, desde el amor”, explica Mónica Ramos Toro, coordinadora técnica del Grupo Social UNATE, “sin embargo, se trata claramente de abuso y control porque estas conductas des empoderan y anulan la agencia a las personas mayores sobre las que se ejercen, silencia sus opiniones y genera malestares en sus vidas”.





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